(El Inefable) Según el Dr. José Luis Poveda, presidente de la Sociedad
Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), “la farmacia del hospital debe
adaptarse a los cambios tan drásticos que se están produciendo en el entorno
social y sanitario debido
principalmente a la revolución tecnológica, y al cambio en el perfil
demográfico de los pacientes, el patrón de morbimortalidad y el nivel de
exigencia que demanda la sociedad”.
Porque si hay algo en lo que coinciden todos los
profesionales de la salud es en que los retos que plantea el paciente crónico hacen que sea indispensable dar
respuesta a sus necesidades, tanto desde el punto de vista asistencial como
para garantizar la sostenibilidad del SNS en un entorno de presión constante
sobre los costes. En este contexto, las claves del éxito pasan por dotar o
formar en cada servicio de farmacia hospitalaria (FH), al menos a un
profesional en la atención al paciente crónico así como establecer alianzas
entre los farmacéuticos especialistas en FH con otros profesionales y con los
pacientes para garantizar la calidad y la continuidad de la atención y
conseguir un paciente corresponsable con su salud.
Este
mismo perfil de paciente suele acudir a los denominados centros sociosanitarios cuando no puede ser atendido en su
domicilio. Estos centros constituyen un recurso de atención sanitaria entre la
atención primaria y especializada para pacientes geriátricos y dependientes que
presentan graves patologías. Es importante potenciar la participación de los
farmacéuticos de hospital en este tipo de centros para facilitar el acceso a
medicamentos de uso hospitalario, con el fin de evitar ingresos y como
coordinadores de la continuidad fármaco-terapéutica de los pacientes entre los
diferentes niveles asistenciales. Según el estudio EARCAS (2011), el 25% de los
problemas relacionados con la seguridad de los pacientes son debidos a errores
de la medicación y efectos secundarios derivados de la propia iatrogenia de los
fármacos.
La
evidencia sugiere que un paciente
activo, experto, será una parte fundamental de una reforma efectiva de
la gestión de las enfermedades crónicas. Corresponde a los profesionales de la
farmacia, entre otros, pues, colaborar en facilitar los mejores conocimientos y
las habilidades para que el ciudadano sea capaz de escoger entre las opciones
que tiene al alcance y actuar en consecuencia. “Implicar al paciente en el autocuidado, en un modelo menos
paternalista, con información y formación, ayuda a una mejor aceptación de la
enfermedad, un mayor logro para mejorar y avanzar en el tratamiento y más
seguridad en el uso adecuado de fármacos”, ha comentado el
Dr. Poveda durante la presentación del libro “10 temas candentes de farmacia hospitalaria”.
Esta
obra ha sido promovida por la SEP gracias al apoyo económico del laboratorio
Allergan; su objetivo es ofrecer las claves para que los profesionales puedan adaptarse con
mayores garantías de éxito a los cambios que
se están produciendo en el entorno sanitario.
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