(AZprensa) La conducta suicida no es un trastorno mental
sino simplemente una conducta y, por consiguiente, no se debe a una sola causa.
Detrás de los suicidios hay personas a las que atender y la sociedad está
reclamando ya un “Plan de prevención del suicidio” puesto que las cifras son ya
de por sí bastante elocuentes: En el año 2018 en España fallecieron por suicidio más de 3.000 personas,
una tasa que duplica la de accidentes de tráfico y es 13 veces mayor que la de
homicidios. Se trata de la principal causa de muerte en jóvenes de 15 a 29
años. En nuestro país, entre el 40 y 50 por ciento de las urgencias
psiquiátricas corresponden a intentos de suicidio.
Tras la celebración del encuentro “Suicidio en los
medios: el debate pendiente”, organizado por la Asociación Nacional de Informadores
de la Salud (ANIS), con la colaboración del laboratorio farmacéutico Janssen,
se han dado a conocer las siguientes conclusiones:
1.- La información sobre los casos de suicidio puede ser
útil para ofrecer una salida a esas personas que se encuentran en una
encrucijada y para apoyar a todos los supervivientes y familiares de víctimas
del suicidio.
2.- Hay que comunicar, pero se recomienda que siempre se
haga bajo la tutoría y decisión del medio de comunicación, que no se le dé una
gran importancia, que sea en el interior y en un lugar más bien pequeño, que no
se den datos morbosos y que se haga con el máximo respeto.
3.- Se debe dar más importancia a la figura de los
“rescatadores”. Una posible vía de salida llamada así por la OMS y que puede
servir como ayuda a la que recurrir en caso de estar pensando en suicidio. En este sentido surge la idea de si se debe o no
crear un teléfono de la esperanza.
4.- La conducta suicida no es un trastorno mental sino
una conducta y por lo tanto, no se debe a una sola causa.
5.- Actualmente lo que se puede hacer es realizar
reportajes específicos y que las administraciones públicas faciliten todos los
datos necesarios para que el medio pueda comunicarlo de manera adecuada. Las
estadísticas son esenciales para ello.
6.- La sociedad está en un momento de punto de inflexión
en cuanto a la percepción del suicidio y nos hemos dado cuenta de las
dimensiones que tiene este problema.
7.- Hay que comunicar con sensibilidad, evitar darle un
aire romántico y no asociarlo a expresiones como éxito, salida, valor,
solución…
8.- La prevención tiene que ser sanitaria pero también a
nivel social y educativo. De esta tarea no se puede responsabilizar a los
medios de comunicación sino al Ministerio de Sanidad.
9.- Es importante que al dar la noticia se empatice con
la persona fallecida y con la familia y que el periodista tenga en cuenta la
población vulnerable para tratar de darles esperanza.
10.- El Plan Nacional de Prevención del Suicidio es
necesario y la sociedad lo está demandando independientemente de lo que suceda
próximamente a nivel político.
11.- La asistencia a los trastornos mentales es buena
pero mejorable y se debería llevar a cabo un plan de formación a médicos de
atención primaria y educadores de detección de conductas suicidas.
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