martes, 15 de octubre de 2019

La mejor calidad de vida no mejora la salud mental


(AZprensa) El jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Valdecilla (Santander), Jesús Artal, se ha pronunciado sobre el estado actual de la salud mental y ha declarado en este sentido que “en términos generales, la salud mental del mundo está mejorando, pero en los países de nuestro entorno la mejora general de las condiciones de vida no se acompaña de una mejora en la salud mental. Al vivir mejor, con menos penalidades y más avances, debía haber mejorado la salud mental pero da la sensación de que esta sociedad se ha vuelto menos tolerante a la frustración. La explicación está en los modelos educativos y sociales con una cultura hedonista y la fantasía de la felicidad y el bienestar completo, pero en la vida real tenemos problemas y lo único que nos puede ayudar es tener técnicas para afrontarlos”.

Con respecto a las patologías psiquiátricas,  aclara que “no han aumentado las graves pero sí las relacionadas con el estrés,  con los trastornos de  personalidad y con los adolescentes, con adicciones a sustancias  y comportamentales, como adicciones al sexo o a redes sociales. También se han incrementado las urgencias psiquiátricas de una forma importante”.

Por lo que se refiere a las conductas suicidas, señala que el suicidio “es la primera causa de fallecimiento en jóvenes por lo que su abordaje  tiene que ser muy importante en el ámbito sanitario”. Explica que “en el área de Santander tenemos un programa desde el 2016 con una consulta específica de atención a las personas con alto riesgo de suicidio, consulta intensiva que da respuesta entre 24 y 72 horas. Y aquellos pacientes cuya patología no obliga a ingresarles, tienen en Valdecilla una Consulta de Alta Resolución del Suicidio (CARS) en la que, desde 2016 hasta junio de este año,  hemos  visto a 629 personas que han hecho un intento de suicidio y es que entre una y dos personas cada día en Cantabria acuden a  las urgencias del  SCS con una conducta relacionada con el suicidio o una ideación suicida. Así, por ejemplo, en la región, 27  personas  se suicidaron en el 2017,  una cifra  más baja que en años anteriores y, en términos nacionales, “España es uno de los países del mundo con menos suicidios”. 

Respecto a la edad de los pacientes suicidas, indica que “hay jóvenes y maduros con intentos de suicidio y lo  más importante es ver una patología de base.  Una persona con intento de suicidio leve tendremos que ingresarle pero con un entorno familiar adecuado se puede manejar ambulatoriamente.  Y los pacientes  que han vuelto a hacer una conducta de suicidio, el 26 por ciento, se ha reducido en los últimos años al 6 por ciento por el programa CARS, por lo que no es necesario ingresar a todos los pacientes sino dar una respuesta inmediata”.

Los tratamientos actuales han cambiado el panorama de estos pacientes, así las personas con esquizofrenia,  psicosis o trastorno bipolar, que son enfermedades psiquiátricas graves, “pueden llegar a tener una vida normal.  El porcentaje de pacientes que van a hacer una vida normal con tratamiento de mantenimiento ha crecido mucho gracias a los dispositivos hospitalarios y los nuevos  tratamientos, que han evolucionado muchísimo. En la actualidad, hay pacientes  que con una inyección al mes, o incluso  cada seis meses, pueden hacer una vida plena y el número de recaídas y hospitalizaciones ha ido a la baja.  Pero es muy importante actuar de forma precoz porque, si no es así, el pronóstico empeora. También hay que tener en cuenta los factores genéticos, que tienen una importante influencia y sabemos qué genes están involucrados,  y  las condiciones biológicas y ambientales de estos enfermos, como su  entorno, su estrés o situaciones de carencias, que  pueden influir mucho”.

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