(AZprensa) Si algo ha caracterizado a estas elecciones a la
presidencia de Estados Unidos ha sido tanto la alta participación como la
increíble cantidad de votos por emitidos por correo: 22 millones de votos por
correo frente a 6 o 7 millones en elecciones anteriores. Pero de todos esos
votos emitidos por correo llama la atención el voto que vino del espacio. No,
no ha sido ningún extraterrestre el que ha votado, sino la astronauta Kate
Rubins quien permanece en la Estación Espacial Internacional. Desde allí ha
ejercido su derecho al voto, pero lo más curioso no ha sido el hecho de votar
sino el largo y complicado camino seguido por ese voto. Veamos:
En el documento electrónico habilitado para que pudiesen
votar los astronautas, Kate votó desde la Estación Espacial Internacional.
Desde allí, su voto viajó hasta un satélite, el cual lo reenvió a una antena
terrestre situada en el complejo White Sands en Las Cruces (México). Desde allí
se transfirió al Centro de Control de Misión en el Centro Espacial Johnson de
la NASA en Houston. Finalmente, desde allí se reenvió al secretario del condado
responsable de emitir esa papeleta electrónica de votación. Dicha papeleta estaba
encriptada de tal forma que sólo el votante (en este caso Kate) y el secretario
del condado podían abrir y conocer su contenido, manteniéndose de esta forma la
confidencialidad en toda esta larguísima cadena de transmisión.
Igualmente curioso resulta el hecho de que Kate Rubins es
la única astronauta que ha votado dos veces desde el espacio ya que las dos
últimas elecciones le pilló allá arriba, aunque no ha sido la primera, ya que
este complicado sistema de voto espacial se aprobó en 1997 y fue el astronauta
David Wolf el primero en utilizarlo.
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