(AZprensa) Voy a dar
otro ejemplo de hace unos cuantos años pero que tuvo una gran repercusión en
todo el mundo. Natascha Kampusch. ¿Os acordáis? En Austria, la niña que estuvo
secuestrada durante ocho años. Fue entrevistada. Quizás recordáis su primera
entrevista en televisión. La primera vez que Natascha apareció en televisión
fue un acontecimiento importante que dieron las televisiones de todo el mundo.
Pues si recordáis bien aquella entrevista, el periodista no le preguntó “¿abusó
de ti sexualmente?”. Ni siquiera sacó ese tema, y eso fue porque así se había
preparado él previamente. Lo primero que hizo -.previamente- fue tratar con
ella para conocerla como persona, después le dio a conocer las preguntas de la
entrevista y le dio el control sobre lo que le podía preguntar o no, de lo que
quería hablar o no. Cuando
tratáis con una persona traumatizada, le tenéis que dar el control de lo que ha
perdido, en este caso está bien darles vuestro texto y decirles: “¿Te parece
todo correcto?”. Hay que dar
las gracias, esto es algo muy básico. Dar las gracias, aceptar y asumir lo que
os ha dicho. Si te dice que has cometido un error, pedir disculpas y pedir
igualmente su ayuda para rectificarlo. Porque muchas veces, cuando se trata de
la información sobre hechos traumáticos, no se entrevista una sola vez a la
persona afectada, sino que hay que verla más veces, hacer un seguimiento de los
acontecimientos. No digáis
tampoco cosas como “sé lo que estás pasando” a menos que verdaderamente lo
sepáis por haber vivido vosotros personalmente una experiencia similar en el
pasado.
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