(AZprensa) P.- ¿En qué medida crees que también se debería
concienciar a las empresas de periodismo sobre esta nueva forma de tratar el
trauma? Y ¿cómo ves el nivel de sensibilidad del periodismo español en cuanto a
las noticias del trauma?
R.- Yo no
conozco suficientemente el periodismo español, ni conozco su idioma como para
seguir de cerca el periodismo que se hace aquí. Pero pienso que si es igual que
el europeo en general, entonces creo que hay una falta de conciencia terrible.
Creo, desde luego, que hay una falta de sensibilidad en el periodismo
británico, alemán y ruso. Hay muchísimo trauma en el periodismo europeo y, por
desgracia, en la mayoría de las ocasiones se informa de estas situaciones sin
la debida preparación.
En cuanto a
la transmisión de estas enseñanzas a las empresas periodísticas, sí que creo
imprescindible que estas reciban dicha formación y la impartan a sus equipos de
redacción y corresponsales. Hay un hecho claro, y es que tofos somos miembros
de la Unión Europea y disponemos de una legislación muy clara sobre lo que se
denomina autocuidado. Y esta obligación de preservar la integridad implica que
si un patrón envía a su personal a una mina de carbón, debe cuidar su bienestar
físico.
La Ley exige
que te protejas, que se dé a los trabajadores la protección necesaria. Si se
trabaja en la industria nuclear, la Ley exige a los patronos no sólo que
protejan a su personal sino que también lo formen en este aspecto, y si no lo
hacen, si las instalaciones no guardan la suficiente seguridad y uno de los
trabajadores resulta accidentado, el patrono será el responsable ante la Ley; y
esto es aplicable en España y en toda la Unión Europea.
Voy a daros
un ejemplo: El Ejército británico fue demandado por algunos soldados que decían
“No estamos preparados para el trauma, no nos dieron apoyo en la guerra y
muchos de nosotros sufrimos todavía trastornos post-traumáticos. No podemos
trabajar y pensamos que el Ministerio de Defensa es responsable”. Este fue un
caso muy sonado que afectó a 200 soldados y cuyo juicio se celebró en el año
2003. El Ministerio de Defensa fue declarado no culpable, porque en el momento
de la Guerra de las Malvinas y durante la primera guerra del Golfo, no estaba
popularizada la idea del trauma y sus consecuencias; sin embargo el juez añadió
que en lo sucesivo sí que habría que tenerlo en cuenta. Ahora ya conocemos lo
que es el trastorno post-traumático, sabemos la importancia de cuidar al
personal, y esto incluye tanto a los soldados como a los periodistas.
Os puedo dar
otro ejemplo claramente ilustrativo. Un soldado que fue enviado de nuevo a
Irlanda del Norte a pesar de padecer estrés post-traumático, y que presentaba
todos esos síntomas de los que hemos hablado, desarrolló un estrés muy grave y
ya no pudo trabajar más. El Tribunal encontró al Ministerio de Defensa culpable
en este caso, y el importe que tuvo que pagar como compensación fue de 600.000
libras (un millón de euros). Es decir, que si una empresa es considerada
negligente ante la Ley, no cuida a sus trabajadores adecuadamente cuando están expuestos a un riesgo que forma
parte de su trabajo, y desarrollan problemas de salud, el patrono es
responsable y esto puede costarle muy caro.
Yo trabajé
la semana pasada en Alemania con algunos reporteros locales, los que cubrían
noticias como choques de trenes, inundaciones, secuestros, incendios... Algunos
realmente estaban sufriendo y no habían sido apoyados por su empresa. Uno de
estos días, un reportero de guerra, o un reportero local, o quizás uno de
vosotros, cubra una historia realmente mala, terrible, y se sienta afectado no
solo emocionalmente sino también psicológicamente. Si prueba que el patrono no
dio la formación adecuada antes de enviar al periodista a esa misión, o no le
facilitó la ayuda necesaria después, los tribunales de justicia podrían fijar
una indemnización muy alta. Esto es algo que todavía no ha ocurrido, pero que
puede suceder este año, o dentro de unos años; y entonces se condenará al
editor de ese medio de comunicación a pagar una suma importante de dinero y se
abrirá jurisprudencia sobre el caso.
Yo diría que
es mejor elegir el camino de la formación, que además es mucho más barato. Así
que este es uno de mis argumentos a las organizaciones periodísticas, que esto
vale la pena, que es mejor invertir ahora. No es muy difícil. El trauma está
muy bien entendido hoy en día y sabemos lo que hay que hacer para evitar
secuelas o cómo dar respuesta cuando surge el problema. Una empresa
periodística que envía a sus reporteros a lugares en los que existe una
situación de peligro o una situación extrema en cualquier sentido, tiene la
obligación de velar por su cuidado. ¿No os parece lógico?
(Cont...)
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