(AZprensa) Según el Dr. Enrique Palacio, médico adjunto
del servicio de Neurología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla
(Santander) los tres pilares para controlar el ictus son: (1) La prevención
antes y después de padecerlo. (2) El manejo del ictus en la fase aguda y en la
fase crónica por parte de los especialistas. (3) La rehabilitación y la
reinserción. Y con relación a este último punto destaca que “la rehabilitación
es fundamental y se pueden recuperar gran parte de las funciones e, incluso, el
cien por cien” insistiendo en que “es muy posible sobrevivir a un ictus”.
Para este especialista “el tiempo de reacción y actuación de un paciente cuando detecta síntomas de un ictus es determinante, cuanto antes llega al hospital aumentan muchísimo las posibilidades de que se le pueda tratar con muchas menos consecuencias o con ninguna. Por cada 15 minutos que ganemos aumentan las posibilidades de evitar que el paciente sea dependiente en un 4 por ciento, y disminuye otro 4 por ciento la mortalidad”.
En su opinión es importante destacar que la mayor parte de los ictus “son evitables con un control adecuado de los factores de riesgo” y estos factores de riesgo, aunque sean muy conocidos hay que seguir prestándoles la máxima atención: hipertensión, diabetes, dislipemia, hiperclorestemia y arritmias cardiacas; y por supuesto aquello otros relacionados con los hábitos de vida tales como el consumo del tabaco y de alcohol.
A pesar que la detección de los síntomas de un infarto cerebral ha mejorado en los últimos años aún queda mucho camino por recorrer, y bien es cierto que hoy en día a la gente le resulta familiar la palabra “ictus”, algo que antes no sabían a qué se refería, pero –como resalta este especialista- “hay que divulgar los síntomas, que son seis: (1) Pérdida de fuerza, que suele ser en una parte del cuerpo. (2) Pérdida de sensibilidad o parestesias (hormigueos o calambres). (3) Alteraciones visuales. (4) Sensación de inestabilidad. (5) Alteraciones del lenguaje. (6) Cefalea (dolor de cabeza) muy intensa”.
“Si mejoramos la educación en salud de la población también reduciremos las consecuencias de estos accidentes cerebrales”, y comenta que en base a su experiencia “tenemos resultados en el 60 por ciento de los pacientes porque los ictus tienen solución en un tanto por ciento muy alto, basta decir que sin tratamiento se recuperan el 30 por ciento de los enfermos y que la mortalidad está por debajo de un tercio de los pacientes afectados”.
Fuente: Colegio de Médicos de Cantabria.
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Para este especialista “el tiempo de reacción y actuación de un paciente cuando detecta síntomas de un ictus es determinante, cuanto antes llega al hospital aumentan muchísimo las posibilidades de que se le pueda tratar con muchas menos consecuencias o con ninguna. Por cada 15 minutos que ganemos aumentan las posibilidades de evitar que el paciente sea dependiente en un 4 por ciento, y disminuye otro 4 por ciento la mortalidad”.
En su opinión es importante destacar que la mayor parte de los ictus “son evitables con un control adecuado de los factores de riesgo” y estos factores de riesgo, aunque sean muy conocidos hay que seguir prestándoles la máxima atención: hipertensión, diabetes, dislipemia, hiperclorestemia y arritmias cardiacas; y por supuesto aquello otros relacionados con los hábitos de vida tales como el consumo del tabaco y de alcohol.
A pesar que la detección de los síntomas de un infarto cerebral ha mejorado en los últimos años aún queda mucho camino por recorrer, y bien es cierto que hoy en día a la gente le resulta familiar la palabra “ictus”, algo que antes no sabían a qué se refería, pero –como resalta este especialista- “hay que divulgar los síntomas, que son seis: (1) Pérdida de fuerza, que suele ser en una parte del cuerpo. (2) Pérdida de sensibilidad o parestesias (hormigueos o calambres). (3) Alteraciones visuales. (4) Sensación de inestabilidad. (5) Alteraciones del lenguaje. (6) Cefalea (dolor de cabeza) muy intensa”.
“Si mejoramos la educación en salud de la población también reduciremos las consecuencias de estos accidentes cerebrales”, y comenta que en base a su experiencia “tenemos resultados en el 60 por ciento de los pacientes porque los ictus tienen solución en un tanto por ciento muy alto, basta decir que sin tratamiento se recuperan el 30 por ciento de los enfermos y que la mortalidad está por debajo de un tercio de los pacientes afectados”.
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