domingo, 7 de noviembre de 2021

Medios audiovisuales vs Prensa

(AZprensa) P.- Quería hacer una pregunta y es si este trauma, este estrés, afecta más a los periodistas que cubren información audiovisual (radio y TV) que a los que hacen prensa escrita. Lo digo porque, a veces, escribir sobre algo puede resultar una terapia en sí misma para rebajar el carácter del trauma, es decir, el hecho de escribir puede que te descargue y que por sí mismo tenga propiedades curativas.
 
R.- Esto es cierto. Hay información en la web del “Dart Center” sobre las experiencias periodísticas del trauma. Según un estudio de un psiquiatra canadiense sobre 120 periodistas que cubrieron los desastres de guerra durante mucho tiempo (una media de 15 años), se vio que un 20 por ciento tenía estrés post-traumático en algún momento de su vida. Y en este estudio había reporteros de prensa escrita, cámaras, fotógrafos... También hay pruebas de que los que viven y trabajan con la imagen tiene una incidencia más alta de respuestas de estrés, son más vulnerables. En cambio, los periodistas que hacen prensa escrita, como decías, siguen siendo vulnerables porque son seres humanos, pero parece que tienen más resistencia incorporada, que en parte tiene que ver con el modo en que ejercen su profesión. Y tienes toda la razón, el proceso de escribir sobre una situación traumática, de describir y estructurar la narración de la historia, constituye una terapia en sí misma. Sin embargo hay que añadir que si esa narración es falsa o está distorsionada (por ejemplo, en la prensa sensacionalista), entonces dicho proceso no resulta de ninguna ayuda ni utilidad para quien así escribe.
 
Actualmente sabemos mucho sobre cómo el cerebro `procesa el trauma y cómo se recupera. La cuestión clave es que transformamos este trauma en una experiencia de conocimiento, porque el trauma fragmenta, nos rompe en trocitos que no se conectan entre sí, y si volvemos a conectar las piezas, a través de la narrativa personal y profesional, el cerebro es capaz de ayudarnos en esa recuperación.
 
Precisamente nosotros vemos a muchos periodistas que han vivido este tipo de situaciones y les ayudamos a contar su historia. Es una historia personal, como una historia periodística, salvo que en este caso se trata de su propia historia interior. Esto ayuda a dar sentido, ayuda al cerebro a reunir las piececitas y también libera la emoción, mitigando el daño causado por aquellos momentos traumáticos. Nos damos cuenta de esta forma cómo la psicoterapia y el periodismo vienen a ser lo mismo. Esta es mi idea revolucionaria.
 
Como periodista me siento, escucho a la gente, les hago preguntas, intento sacar un sentido de lo que ellos me dicen. Como psicoterapeuta me siento con una persona a la que escucho e intento sacar un sentido de lo que ha experimentado. La buena psicoterapia puede curar, y yo creo que el buen periodismo también puede contribuir a la curación. Este no es el objetivo del periodismo, pero el buen periodismo ayuda a los individuos, a la comunidad, a la nación, a recuperarse de los traumas que haya padecido. Las cosas malas seguirán pasando es el mundo en que vivimos; seguirán existiendo guerras, accidentes de carretera, asesinatos... pero si nosotros como periodistas podemos contar bien la historia, con profundidad, con sensibilidad, con conocimiento, podremos contribuir al bienestar de todos. El periodismo puede ayudar, por lo menos, a no empeorar las cosas, y quizás con ello se pueda ayudar a mejorarlas.
(Cont...)

 Biblioteca Fisac: https://amzn.to/3sOO1Yq

 

No hay comentarios: