(AZprensa) La salud
bucodental tiene un importante componente genético y está demostrado que según
la herencia que te dan tus padres tienes una calidad mejor o peor de tu
dentadura. Sin embargo en España lo que cuenta no es el código genético sino el
código postal, porque hay tantas diferencias en la atención sanitaria pública
relacionada con la boca, entre unas Comunidades Autónomas y otras, que la salud
bucodental depende del lugar en donde vivas.
Por poner un ejemplo, a
los niños que viven en el País Vasco se les da atención dental gratuita hasta los 16 años
y, por el contrario, a los niños que viven en Madrid no se les da absolutamente
nada en este sentido. El resultado, comprobado, es que los niños que viven en
Madrid tienen un 50 por ciento más de caries que los que viven en el País
Vasco.
Así tenemos que mientras existen ayudas para otras cosas, para la salud
bucodental estas ayudas son casi inexistentes o, desde luego, muy dispares
según sea la Comunidad Autónoma. La sanidad bucodental, en términos generales,
es de pago, y esto significa que hay muchas personas que con pensiones de 400
euros al mes bastante tienen con intentar comer, el acudir a un dentista queda
absolutamente fuera de sus posibilidades.
Como declaraba recientemente, en una entrevista concedida a Acta
Sanitaria, el presidente del Consejo General de Dentistas, Óscar Castro, es inhumano que
sigamos con las pensiones más bajas de Europa y que no haya, por parte del
Gobierno, unas ayudas prioritarias para lo más esencial de la salud bucodental
de la piblación, tal como sucede en Francia y otros países similares.
Y es que resulta tan absurda y tan injusta la desigualdad sanitaria que
existe entre las diferentes Comunidades Autónomas, que algunas Comunidades, por
ejemplo, cubren en la sanidad pública el cambio de sexo o la vacuna contra el
papiloma, mientras que la salud bucodental es la gran olvidada en la mayoría de
ellas.
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