(AZprensa)
Los ácaros son uno de los principales factores etiológicos que inciden en la
aparición del asma, con unos porcentajes en torno al 53 por ciento. Sin embargo
no siempre ha sido así y en este cambio ha estado muy implicado el estilo de
vida que la sociedad ha ido adoptando en las diferentes épocas. Hoy en día se
pasa mucho más tiempo en el interior de los edificios, que cada vez son más
cálidos y húmedos, cerrados de forma hermética para ahorrar energía, con una
decoración en la que están presentes los muebles tapizados, las moquetas, las
alfombras, los animales... y todo aquello que constituye un excelente
reservorio para los alergenos de interior, sobre todo, los ácaros.
El
alergeno no se distribuye de forma igual por la casa: las mayores
concentraciones se sitúan en la cama, en el suelo del dormitorio, del salón, de
la cocina, del baño. En la mayoría de los estudios, la concentración de
alergenos guarda estrecha relación además con la ventilación de los interiores
y otras variables como: casas de planta baja, con humedad y habitadas por
fumadores. También la presencia de fuego de gas, humidificadores o hábitos como
secar la ropa en los radiadores, puede influir. No obstante la variación de la
producción de ácaros entre diferentes domicilios puede ser significativa. Así
es posible encontrar viviendas con cantidades de alergenos muy bajas en climas
favorables, y otras al contrario.
He
aquí unos sencillos consejos para evitar las reacciones alérgicas provocadas
por los ácaros:
1.-
Retirar moquetas, alfombras, telas o peluches, sobre todo del domicilio, por
ser el lugar donde se acumula mayor cantidad de estos parásitos. Si se deja
alguna alfombra, aplicar sobre la misma un acaricida cada tres meses.
2.-
Aislar el colchón y la almohada con una funda adecuada.
3.-
Ventilar bien el domicilio. Si también se es sensible al polen, se aconseja
realizar esta acción por la mañana.
4.-
Si hay animales en el domicilio, es mejor desprenderse de ellos.
5.-
No secar la ropa en los radiadores.
6.-
No utilizar humidificadores en la habitación.
7.-
Evitar la exposición directa a harinas.
8.-
Arreglar las posibles humedades que puedan tener las paredes de la vivienda.
9.-
Utilizar la aspiradora, al menos con frecuencia semanal, y pasarla también
sobre el colchón. Durante la limpieza el paciente no debe estar presente. Tras
la misma se ventilará bien la casa. El aspirador debe tener un filtro adecuado.
10.-
El lavado de sábanas, cortinas, etc., debe hacerse, siempre que sea posible, a
temperatura superior a 60ºC. La almohada y el edredón deben permitir también el
lavado a esta temperatura. La ropa de cama debe cambiarse semanalmente.
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