sábado, 29 de septiembre de 2018

Decálogo para evitar los ácaros


(AZprensa) Los ácaros son uno de los principales factores etiológicos que inciden en la aparición del asma, con unos porcentajes en torno al 53 por ciento. Sin embargo no siempre ha sido así y en este cambio ha estado muy implicado el estilo de vida que la sociedad ha ido adoptando en las diferentes épocas. Hoy en día se pasa mucho más tiempo en el interior de los edificios, que cada vez son más cálidos y húmedos, cerrados de forma hermética para ahorrar energía, con una decoración en la que están presentes los muebles tapizados, las moquetas, las alfombras, los animales... y todo aquello que constituye un excelente reservorio para los alergenos de interior, sobre todo, los ácaros.

El alergeno no se distribuye de forma igual por la casa: las mayores concentraciones se sitúan en la cama, en el suelo del dormitorio, del salón, de la cocina, del baño. En la mayoría de los estudios, la concentración de alergenos guarda estrecha relación además con la ventilación de los interiores y otras variables como: casas de planta baja, con humedad y habitadas por fumadores. También la presencia de fuego de gas, humidificadores o hábitos como secar la ropa en los radiadores, puede influir. No obstante la variación de la producción de ácaros entre diferentes domicilios puede ser significativa. Así es posible encontrar viviendas con cantidades de alergenos muy bajas en climas favorables, y otras al contrario.

He aquí unos sencillos consejos para evitar las reacciones alérgicas provocadas por los ácaros: 

1.- Retirar moquetas, alfombras, telas o peluches, sobre todo del domicilio, por ser el lugar donde se acumula mayor cantidad de estos parásitos. Si se deja alguna alfombra, aplicar sobre la misma un acaricida cada tres meses.

2.- Aislar el colchón y la almohada con una funda adecuada.

3.- Ventilar bien el domicilio. Si también se es sensible al polen, se aconseja realizar esta acción por la mañana.

4.- Si hay animales en el domicilio, es mejor desprenderse de ellos.

5.- No secar la ropa en los radiadores.

6.- No utilizar humidificadores en la habitación.

7.- Evitar la exposición directa a harinas.

8.- Arreglar las posibles humedades que puedan tener las paredes de la vivienda.

9.- Utilizar la aspiradora, al menos con frecuencia semanal, y pasarla también sobre el colchón. Durante la limpieza el paciente no debe estar presente. Tras la misma se ventilará bien la casa. El aspirador debe tener un filtro adecuado.

10.- El lavado de sábanas, cortinas, etc., debe hacerse, siempre que sea posible, a temperatura superior a 60ºC. La almohada y el edredón deben permitir también el lavado a esta temperatura. La ropa de cama debe cambiarse semanalmente.

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