(AZprensa) Lo hemos visto en algunas películas: Cuando
una guerra o una catástrofe natural deja miles de heridos y los servicios
sanitarios no dan abasto para atenderlos a todos, hay que establecer
prioridades y atender en primer lugar a aquellos que gracias a una atención
sanitaria tengan más posibilidades de supervivencia.
Pues este supuesto se ha hecho realidad en el mundo
globalizado y, por supuesto, también en España. Un total de 25 organizaciones
sanitarias, sociosanitarias y docentes, entre ellas la Sociedad Española de
Geriatría y Gerontología (SEGG) y la Sociedad Española de Medicina Interna
(SEMI), han consensuado un documento de recomendaciones generales para las
decisiones éticas difíciles que deben adoptar los profesionales sanitarios en
el escenario actual.
El citado documento se titula “Recomendaciones generales
relacionadas con las decisiones éticas difíciles y la adecuación de la
intensidad asistencial/ingreso en las unidades de cuidados intensivos en
situaciones excepcionales de crisis” y establece tres bloques de consejos: los referentes a los recursos disponibles y la
organización necesaria; los relativos a cada persona individual y a la
situación global de todas ellas; y finalmente un tercer apartado dedicado a
cuestiones éticas a la hora de decidir a qué pacientes hay que dar prioridad.
Y resulta que la edad del paciente no es el indicador a la hora de establecer las prioridades, sino que el orden de prioridades está en función de las probabilidades de supervivencia que se pueden alcanzar con la atención sanitaria disponible:
Prioridad 1.- Pacientes críticos e inestables que necesitan
monitorización y tratamiento intensivo que no puede ser proporcionado fuera de
la UCI.
Prioridad 2.- Pacientes que precisan monitorización
intensiva y pueden necesitar intervenciones inmediatas, no ventilados de forma
invasiva, pero con altos requerimientos de oxigenoterapia y con fracaso de otro
órgano.
Prioridad 3.- Pacientes inestables y críticos, con pocas
posibilidades de recuperarse a causa de su enfermedad de base o de la aguda.
Prioridad 4.- Beneficio mínimo o improbable por
enfermedad de bajo riesgo o por el contrario aquellos en situación de
enfermedad avanzada o terminal.
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