(AZprensa) Vamos a intentar explicar con palabras muy
sencillas, que todo el mundo pueda entender, qué son los virus. La gente suele
decir que son unos “bichos” muy pequeñitos, más que las bacterias, pero sólo
aciertan en lo del tamaño: Son tan pequeños que en el grosor de un pelo cabrían
1.000 virus. Y es que la primera duda que surge es esta: ¿Los virus son seres
vivos?
Pues resulta que los científicos no se ponen de acuerdo,
unos dicen que sí, otros que no, y otros que constituyen un nuevo género: seres
vivos (animales y plantas), seres inanimados (reino mineral) y un tercero que
serían los virus (ni una cosa ni otra).
Resulta que los virus se parecen a los seres vivos en que
tienen una estructura genética, evolucionan por selección natural y se
reproducen (sería más apropiado decir se “replican” es decir, se
autofotocopian) creando réplicas de sí mismos aunque no siempre idénticas (van
surgiendo mutaciones).
Pero también se parecen a los seres inanimados (reino
mineral) en que no están compuestos de células y tampoco tienen metabolismo
propio, es decir, para poder replicarse necesitan estar dentro de las células
de un organismo vivo y aprovecharse de él.
En definitiva, un virus no es ningún microorganismo, no
es ningún “bichito”, sino que es una partícula formada por material genético
(ADN o ARN) rodeada de proteínas y, en algunos casos, de una capa exterior de
lípidos (grasas). Están presentes en todo el mundo y en todos los seres vivos
(lo que pasa es que muchos de ellos no causan enfermedades). Se conocen más de
5.000 tipos de virus pero se cree que hay millones, es decir, hay más tipos de virus
que clases de seres vivos en el planeta.
Los antibióticos no sirven para combatirlos, sólo algunas
sustancias conocidas como virulicidas, pero quien de verdad tiene capacidad
para combatirlos es nuestro propio organismo que, cuando detecta que nos están
dañando, genera anticuerpos que los matan. Por eso, la mejor arma para
combatirlos es tener buena salud, y por eso las personas con las defensas muy
bajas (ancianos y enfermos) son las presas más fáciles para los virus ya que encuentran
a estas personas bajas de defensas naturales.
¿Son inmortales los virus? Cuando se habla de virus
siempre surge la pregunta de si son inmortales y la respuesta no es fácil. Para
ser inmortal hay ser un ser vivo y estar vivo, y los virus ni una cosa ni otra.
Son unos parásitos de los seres vivos y necesitan a estos para propagarse.
Podemos afirmar que el día que no quede en el planeta una sola célula viva,
sólo ese día se podrá decir que han muerto todos los virus.
Hay un ejemplo muy cercano a todos nosotros: el virus del
herpes labial, eso que comúnmente llamamos “calenturas”. Cuando tenemos las defensas
bajas, especialmente con el frío, aparecen esas molestas llagas en los labios.
Al cabo de unos días, con tratamiento o sin él, desaparecen; pero eso no quiere
decir que hayan “muerto” o que nuestras defensas los hayan “eliminado”. Siempre
queda dentro de nosotros un pequeño reservorio de algunos virus “dormidos” que,
como ya no molestan, nuestras defensas los dejan en paz. Sin embargo cuando al
cabo de semanas, meses o años, nuestras defensas vuelvan a estar bajas, esos
virus se reactivarán y crearán un nuevo ataque… y así hasta que nos muramos.
Por consiguiente, bueno será que la industria
farmacéutica descubra nuevos agentes virulicidas, que los científicos identifiquen
y estudien nuevos tipos de virus, que los gobiernos estén preparados para
nuevas enfermedades y/o pandemias, y que cada uno de nosotros se cuide y
mantenga una buena salud, porque los virus nunca se van a ir, ni se van a morir
mientras un solo ser vivo siga con vida sobre el planeta.
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