viernes, 8 de julio de 2022

Un virus al servicio de los Gobiernos

(AZprensa) El Covid-19 demuestra una vez más cómo es un virus al servicio de los Gobiernos del mundo para que estos puedan manejar a su antojo el miedo de la población, esa magnífica herramienta que han usado los poderosos, a lo largo de toda la historia de la humanidad, para dominar a la población y enriquecerse a su costa sin que nadie se subleve.
 
Hace apenas unos días, los Gobiernos de algunas Comunidades Autónomas alertaban –a través de sus aborregados súbditos que son los medios de comunicación- del aumento de contagios e invitaban al uso de mascarillas en todo momento y lugar (las fábricas en donde ellos tienen intereses tienen que dar salida a todos sus stocks). Sin embargo –y sorprendentemente- el virus no ha hecho acto de presencia ni en las fiestas de San Fermín ni en las fiestas del orgullo LGTBI.
 
En ambas fiestas que se prolongan durante siete días –en el primer caso- y durante semanas e incluso meses -en el segundo- la aglomeración de personas desborda todas las previsiones y ya no es que no exista distancia de seguridad sino que literalmente están pegados unos a otros, sudorosos, abrazándose y besándose, bebiendo sin parar y transmitiéndose el aliento y los fluidos corporales de forma ininterrumpida durante días y días.
 
¡Sorpresa! El virus del Covid-19 no aparece por ahí. ¿Es magia? ¿Verdad que no? Sencillamente a los Gobiernos –por la razón que sea- no les interesa ahora cancelar ninguna de esas dos fiestas. Punto final.
 

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1 comentario:

Vicente Fisac dijo...

Ejemplo de incongruencia: Un pamplonica coge el autobús para ir al centro de la ciudad y tiene que ponerse la mascarilla. Al llegar al centro se la quita y se apretuja con todos los demás pamplonicas que están de fiesta. Según este razonamiento del Gobierno, en el autobús hay riesgo mortal de ataque de virus, pero en medio de la muchedumbre que celebra las fiestas, no.