(AZprensa)
¿Te imaginas un veneno mortal que carezca de antídoto y que lo pueda comprar
fácilmente y muy barato cualquier persona? ¿Te imaginas un veneno mortal del
que se vendan en todo el mundo cientos de miles de envases cada año? Pues ese
veneno existió durante muchos años, se vendió por cientos de miles de
ejemplares cada año durante muchas décadas y no fue hasta el año 2007 en que
comenzó a prohibirse su venta en algunos países. Esta fue mi experiencia en la
venta de este producto de gran éxito comercial: el paraquat…
Cuando
empecé a trabajar en la industria agroquímica, en la multinacional británica
ICI (Imperial Chemical Industries), allá por el año 1983, me presentaron el
producto estrella de la compañía: Gramoxone. Este herbicida, cuyo principio
activo era el paraquat, era el producto más vendido de la compañía en todo el
mundo y también en España y, dentro de su sector, era el herbicida más vendido
de todos. Como Jefe de Publicidad de aquella empresa me correspondía la tarea
de hacer publicidad y organizar promociones para que este producto continuase
liderando el mercado. Con un presupuesto de Publicidad que estaba situado en
torno a los 200 millones de pesetas (1,2 millones de euros) pero de la década
de los ochenta, el Gramoxone era el producto que se llevaba la mayor parte de
dicho presupuesto con el que preparé grandes campañas de publicidad y
espectaculares promociones. Fue así como me familiaricé con este producto al
igual que tantos agricultores, que eran sus clientes, aunque en realidad no
hacía falta ser agricultor para comprarlo. Cualquier persona lo podía adquirir
libremente en centros de jardinería, viveros, almacenes de venta de productos
agrícolas… en incluso la propia empresa tenía abierta al público una tienda en
la madrileña calle de Ferraz, la misma calle en la que está situada la sede
central del partido socialista (PSOE). Y por esas tienda pasaba y compraba
cualquier ciudadano que, curiosamente, se gastaba en insecticidas o fungicidas
para las plantitas que tenía en las macetas de su terraza más de lo que valían
esas plantitas; vamos, que resultaba más barato comprar una nueva planta antes
que comprar esos productos para combatir sus plagas… Y es que además, los
envases de los insecticidas, herbicidas, fungicidas, abonos, etc. que se vendían
en esa tienda estaban pensados para uso agrícola y sus etiquetas hablaban de
dosis por hectárea, no de dosis por maceta.
(Continuará…)
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“De la Publicidad al Periodismo”: https://www.amazon.es/dp/B0D4KHNVH4
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