(AZprensa)
Cada momento y emoción vivida deja una marca en nosotros y va formando eso que
llamamos “experiencia de la vida”. Hay momentos dichosos que siempre
recordaremos con agrado y otros más tristes que –aun cuando lo intentemos- no
conseguiremos borrar de nuestra memoria. Pero tantos unos (los buenos) como los
otros (los malos) han dejado una marca en nosotros.
Hoy
dedicamos este espacio dominical de la poesía a este poema que nos adentra en
la huella que todos nosotros vamos dejando en los demás, al igual que todos los
acontecimientos que vivimos y todas las personas que alguna vez han significado
algo en nuestra vida…
POR
DONDE PASASTE
Vas
abriendo caminos por la vida,
horadando la espesura con tu cuerpo,
sintiendo el dolor punzante de la lucha
contra un mundo hostil embravecido.
Sigues
siempre adelante, voluntad de hierro,
empujando con tu alma y tus deseos
por seguir avanzando en tu camino incierto
que se retuerce y gira –a veces- sobre sí mismo,
sin saber que es a ti misma lo que buscas
en algún punto, allá lejos de tu cuerpo.
Perforas
la maleza de ruidos, de trabajo,
de amenazas, de alegría y descontento,
pero miras siempre hacia adelante,
satisfecha como estás de tus esfuerzos,
y no reparas que allá atrás,
vas dejando un vacío:
Es el hueco abandonado
por donde pasó tu cuerpo.
Quien
te rozó te amó... mas ya te has ido.
Tu imagen fue la luz... de aquél instante.
Tu aliento fue ese aire que dio vida... y ahora
sólo queda tu recuerdo y un inmenso vacío,
oscuridad y silencio.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“Yo soy Alma & Algo así”: https://www.amazon.es/dp/1706450192
horadando la espesura con tu cuerpo,
sintiendo el dolor punzante de la lucha
contra un mundo hostil embravecido.
empujando con tu alma y tus deseos
por seguir avanzando en tu camino incierto
que se retuerce y gira –a veces- sobre sí mismo,
sin saber que es a ti misma lo que buscas
en algún punto, allá lejos de tu cuerpo.
de amenazas, de alegría y descontento,
pero miras siempre hacia adelante,
satisfecha como estás de tus esfuerzos,
y no reparas que allá atrás,
vas dejando un vacío:
Es el hueco abandonado
por donde pasó tu cuerpo.
Tu imagen fue la luz... de aquél instante.
Tu aliento fue ese aire que dio vida... y ahora
sólo queda tu recuerdo y un inmenso vacío,
oscuridad y silencio.
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