(AZprensa) ¿Cómo pueden escapar las células
cancerosas del tumor y extenderse por otros tejidos? Pues ni más ni menos que
tomando como rehenes a los fibroblastos. Así se ha demostrado en un estudio del
Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) publicado en la revista “Nature
Cell Biology”.
Resulta que “los fibroblastos son
profesionales del mantenimiento de los tejidos sanos y son capaces de crear
túneles en los tejidos y desplazarse a través de ellos. Utilizan esta capacidad
para restaurar los tejidos cuando sufrimos una herida”, explica la
investigadora Anna Labernadie. Es decir, las células cancerosas modifican (o
“secuestran” en términos literarios) a los fibroblastos para que estos vayan abriendo
caminos a través de la matriz extracelular que rodea al tumor y las arrastran
tras ellos provocando la invasión de los tejidos sanos. “Es parecido a un tren
circulando por un túnel: los fibroblastos son las locomotoras y las células
cancerosas los vagones”, añade Labernadie.
Ese mecanismo por el cual las células
cancerosas se adhieren a los fibroblastos para moverse conjuntamente ha sido
igualmente identificado. Se trata de una interacción biofísica entre dos
proteínas distintas, una localizada en la superficie de las células cancerosas,
la E-caderina, y otra expresada en la superficie de los fibroblastos, la
N-caderina.
En la imagen, células
cancerosas (en verde) y fibroblastos (en rojo) excavando túneles.
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