(AZprensa) La crispación de la sociedad española agudizada
por la crisis económica y el paro, así como la pérdida de valores cívicos y
morales, tiene también su reflejo en las agresiones a médicos. Los datos de violencia registrados en 2016
ascienden a 495 casos frente a los 361 del año anterior, lo que supone un
incremento del 37,12%, aunque como reconoce
Marta León, secretaria del Colegio
de Médicos de Las Palmas, “somos conscientes que el número de agresiones
no reproduce la cuantía de todas las que se producen, son sólo las que hemos
registrado”.
Por comunidades
autónomas, las que han registrado un mayor número de agresiones denunciadas en
los colegios han sido Cataluña (109), Andalucía (102) y Madrid (99), aunque la
incidencia mayor por mil colegiados se ha producido en Melilla, Extremadura y
Ceuta.
Pero ¿qué se entiende por “agresión”. En este sentido hay
que distinguir entre agresión física y agresión verbal:
Agresión física.- Son los golpes,
rasguños, empujones, etc., es decir, todo acto de agresión intencional el que
se utilice alguna parte del cuerpo, algún objeto, arma o sustancia para
sujetar, inmovilizar o causar daño a la integridad física del otro, encaminado
a su sometimiento y control. Es también limitar sus movimientos de diversas
formas: encerrarla, provocar lesiones con armas de fuego o punzo-cortantes,
arrojar objetos y causar la muerte.
Agresión verbal: Son las descalificaciones, coacciones
y amenazas.
En cualquier caso hay que recordar
que las agresiones a los médicos están tipificadas como delito de atentado contra la autoridad pública, y tal como recuerda
Marta León, “animamos a nuestros colegiados a denunciar toda agresión,
física o verbal”.
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