(AZprensa) El informe que acaba de publicar el Instituto
para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS) pone en evidencia la
creciente importancia y aceptación popular de la sanidad privada. Quizás el
dato más significativo que puede ofrecerse es el de los funcionarios, que son
los únicos ciudadanos que pueden elegir entre sanidad pública o sanidad
privada, ya que para todos los demás la sanidad pública es obligatoria y tienen
que pagarla aunque no les guste. Pues bien, el 84 por ciento de los
funcionarios eligen la sanidad privada en vez de la pública.
Se destaca igualmente en
este informe que “a pesar de la enorme crisis que estamos sufriendo, el sector
asegurador de salud ha registrado un significativo incremento en el número de
asegurados, acercándose a los 10 millones de usuarios, lo que supone un aumento
del 4,9% respecto a 2015”. Pero la sanidad privada no va en detrimento de la
pública sino que constituye un importante ahorro para la misma, cifrado entre
573 y 1.134 euros por paciente y año.
La sanidad privada puede
competir dignamente con la pública en cuanto arecursos ya que cuenta con 452
hospitales y más de 51.000 camas, lo que representa el 57% de los hospitales y
el 33% de las camas. Además, llevó a cabo el 29% de las intervenciones
quirúrgicas, casi 1,5 millones del total, registró el 24% de las altas y
atendió más de 6 millones de urgencias, casi la cuarta parte de las mismas de
todo el territorio nacional.
Por otra parte, el sector
privado de la sanidad favorece el acceso a la innovación ya que continúa a la
cabeza en equipamiento de alta tecnología: cuenta con el 56% de las resonancias
magnéticas o el 46% de los PET en nuestro país, así como los avances más importantes
en cirugía robótica, tecnologías híbridas de diagnóstico o nuevas formas de
gestión. Y por si todo esto fuera poco, también favorece el empleo y la
formación, dando trabajo a 252.850 médicos.
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