(AZprensa) Los
laboratorios farmacéuticos van aprendiendo –a la fuerza- a ser éticos y a
ajustarse al Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica. Un fiel
reflejo de esto lo tenemos en la tradicional organización de “eventos
científicos”. Antes, lo que se buscaba era agasajar a los médicos y/o farmacéuticos invitados con
todo tipo de atenciones en un destino turístico atractivo y en unos hoteles y
restaurantes de calidad, justificando esos dispendios con el pretexto de
organizar allí una reunión científica; reunión que sólo ocupaba una pequeña
parte del tiempo del viaje y que estaba enfocada a demostrar las bondades de
los productos del laboratorio organizador.
Tanto abuso acabó
pasando factura a la imagen de la industria farmacéutica y obligó a estos a
elaborar un Código de Buenas Prácticas. Este Código establece una serie de
requisitos para que una compañía farmacéutica pueda organizar eventos
científicos o colaborar en ellos, que pueden resumirse en dos principios
fundamentales: que el programa científico-profesional sea el principal foco de
interés del evento y que la hospitalidad ofrecida y el lugar de celebración del
evento sean razonables y adecuados.
Para asegurar que se
cumplen estos preceptos, la Unidad de Supervisión Deontológica de la patronal
de la industria farmacéutica, Farmaindustria, supervisa antes de su celebración
esas reuniones, dando el visto bueno (si se ajustan al Código) o reclamando que
se hagan una serie de ajustes para que pueda considerarse una actividad ética.
Evidentemente los
laboratorios siguen utilizando esas reuniones para que se hable bien de sus
productos (lo cual es lógico y razonable) pero todo dentro de un orden, con un
programa científico serio y con unas atenciones a los asistentes dentro de la
moderación.
Prueba de que los
laboratorios van aprendiendo a comportarse mejor en este aspecto son los datos
que acaba de revelar Farmaindustria: En el año 2016 la Unidad de Supervisión Deontológica
supervisó 5.382 reuniones científico- profesionales, de las que el 94,95 por
ciento se ajustaban perfectamente al citado Código, con lo que sólo fue
necesario realizar algún ajuste en el 5,05 por ciento restante. En comparación,
en el año 2014 las reuniones supervisadas fueron 1.747 de las cuales el 79,5
necesitó hacer correcciones.
Sin embargo, lo que
siguen sin aprender los laboratorios es la asignatura de Comunicación, ya que –por
ejemplo- la divulgación de estos datos suele quedarse reducida al ámbito de la
prensa especializada y no trasciende a los medios de comunicación general, con
lo cual la imagen pública de la industria farmacéutica sigue siendo
completamente negativa.
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