(AZprensa)
Frenar la dependencia de los combustibles fósiles y garantizar la alimentación
de una forma sostenible son dos de los mayores retos que afronta hoy en día la
humanidad. La llamada economía circular propone ligar la solución a estos dos
grandes desafíos a través del mejor aprovechamiento de los recursos y la
reutilización.
Los
desarrollos biotecnológicos podrían clasificarse en aquellos basados en biomasa
agrícola, alimentaria, forestal y procedente de los residuos sólidos urbanos,
según ha expuesto Manuel Láinez, coordinador del Instituto Nacional de
Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) y del Observatorio
Español de Bioeconomía, en el marco del Industrial Biotechnology & Circular
Economy Forum.
Tal
como ha explicado, “la biotecnología está desarrollando procesos productivos
que van a permitir transformar esas biomasas en bioproductos diversos, desde
bioplásticos a cosmética, pasando por energía” y en este sentido ya hay
ejemplos prácticos tales como la utilización de biomasas para producir
bioplásticos compostables o el empleo de algas para producir compuestos con
aprovechamiento agrícola o energético..
Dentro
de los proyectos vinculados a políticas públicas, Láinez ha mencionado el papel
de los residuos sólidos urbanos, que están recibiendo un importante impulso,
“por el hecho de que hay un horizonte temporal (2024) en el que se van a tener
que empezar a gestionar de otra manera”.
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