lunes, 4 de noviembre de 2019

Hay que dar visibilidad a la Distrofia Simpático Refleja


(AZprensa) Hoy, 4 de noviembre, se pretende dar visibilidad a una enfermedad rara llamada “Distrofia simpático refleja” o “Síndrome de Sudeck”. La padecen muy pocas personas en el mundo, pero no por eso debería pasar desapercibida, antes al contrario, aunar esfuerzos –públicos y privados- para atender de la mejor manera a esos pacientes e incentivar a las compañías farmacéuticas para que investiguen sobre la misma a fin de encontrar cura para ella.

Casi nadie ha oído hablar siquiera de esta enfermedad, por lo que desde “AZprensa” queremos contribuir a que se conozca mejor y, en este caso, a través del testimonio que nos ha hecho llegar una paciente. Así nos relata cómo llegó a descubrir que padecía esta enfermedad:

“Hola, soy una chica de 23 años, hoy me gustaría contaros mi historia en cuanto a un caso clínico que hasta el momento muchas de las manos por las que he pasado lo han descrito como: ‘tu caso es muy raro’ o ‘nunca he visto nada igual en los años que llevo trabajados’.

El 21 de Noviembre de 2015 iba caminando y sin dar un famoso ‘mal paso’ ni torcedura, iba con calzado normal sin tacones me dio un dolor que yo describí como ‘un dolor del talón al tobillo muy fuerte’.

Deja que te cuente cual ha sido mi transcurso a lo largo de tres meses.

En primer lugar fui a urgencias y me lo inmovilizaron durante semana y media donde el primer diagnóstico fue: esguince con tendinitis (repito, yo no me torcí el pie en ningún momento del día).

Cuando fui a quitarme la venda además de tenerla mal puesta que se me hinchó el pie y se me puso morado por la presión, me la quitó y me dijo que podía andar, pero no obstante me mandaba una resonancia para ver bien si había algo más.

Yo intenté caminar y me fue imposible, me realicé la resonancia y se veía un quiste sinovial al lado contrario de donde yo tengo mi dolor, por lo tanto no era la causa del mismo.

Como me era imposible andar, mi forma de desplazarme ha sido con muletas y mi pie izquierdo (sin apoyar nada el derecho a causa del dolor) o con la silla de ruedas para la calle, ya que mi pie izquierdo se está resintiendo de sobrecargarlo.

Entonces mi médico de cabecera me derivó a urgencias en dos ocasiones, la primera de ellas me infiltraron de manera empírica para ver si era el Síndrome del Seno del Tarso (sí, otro diagnóstico más). Desde este día empecé a empeorar… ‘no me podía rozar ni la sábana’.

Antes de ir a urgencias la segunda vez que te comentaba, me vio una rehabilitadora y me dijo que la silla y las muletas fuera, que yo tenía una fascitis plantar. Ya tenía la resonancia hecha y ponía que la fascia plantar estaba bien. Yo la hice caso y me caí varias veces… volví a la silla y a las muletas.

La segunda vez el médico que me vio me mandó una radiografía plantar. No te cuento el numerito que hay que hacer en algunos sitios para realizar este tipo de pruebas, no me imagino como se la realiza una persona mayor o con discapacidad, aunque me imagino que habrá otros medios, pero no fue mi caso. Los resultados no mostraron ningún diagnostico malo, todo estaba correcto. Este día me querían inmovilizar toda la pierna y me negué para no perder masa muscular ni movilidad dentro de mi situación.

También me realizaron un electromiograma (la prueba de los nervios) y desde aquí os digo que duele, que a mí me provocó mucho dolor, pero que es buena hacérsela, en esta prueba mis resultados fueron normales.

Yo quería que me mandaran una gammagrafía ósea pero me decían que no era necesario, consideramos oportuno una segunda opinión. Decidimos ir a otra clínica.

En esta clínica sin yo pedirlo me mandaron una gammagrafía ósea, durante el periodo de tiempo anterior se nos pasaron por la cabeza muchas cosas…y lo primero que pensamos hoy día cualquier persona es en la palabra cáncer (desde aquí quiero mandar mucho ánimo a todas las personas que están luchando contra esta enfermedad) y saldríamos de dudas con esta prueba. Mientras tanto me cambiaron la medicación y me mandaron Lyrica.

Mi cuerpo no toleró  esta famosa medicación y decidió avisarme con unas fuertes migrañas y mareos… no te cuento más.

Mi familia y yo nos quitamos un peso de encima al descartar tumoraciones, pero la incertidumbre de qué podía ser seguía ahí.

Desde este momento traumatología me derivó a la unidad del dolor. El médico que me vio me dio otro diagnostico (me he dejado algún diagnóstico por el camino para que no se haga pesada toda mi historieta). Me dijo que tenía un dolor neuropático o que era el principio del Síndrome de Sudeck para empezar a tratarlo debería tomar un tratamiento de medicación y rehabilitación.

La medicación que me dijo el médico en primer lugar fue la Lyrica y dije que ¡Ja, no la tolero! entonces la medicación que me mandaron es la Gabapentina, que tengo que ir aumentando poco a poco pero es muy fuerte también (me droga, quiero hablar y no me salen las palabras).

Después de 8 sesiones de rehabilitación, la fisio que me trataba me decía que no era normal que no notara ninguna mejoría, entonces se juntaron los fisios y el jefe de equipo y decidieron cambiarme algunas de las máquinas que hacía (magnetoterapia, iontoforesis, ultrasonido…) y debido a la atrofia tan grande que tengo en la pierna derecha hacer algo de bici. Además de un ejercicio con el espejo.

Así que me compre una bici para casa, como a mí me duele más hacia el talón aguanto muy pocos minutos pero por lo menos muevo un poco la pierna.

No os he contado que se me queda durante todo el día como un cubito de hielo y por la noche se me hincha y se me pone ardiendo, y con los cambios de temperatura morado.

En vista de que no progresaba decidí volver al traumatólogo y me realizó otra segunda infiltración en otro lado del pie y me dijo que si era lo que creía iba a poder caminar…y fue otro intento fallido. Entonces me mando una segunda resonancia de mi tobillo derecho y seguir con la medicación y rehabilitación. Aunque él consideraba que no se trataba del Sudeck ‘ya que no cursa como en tu caso’.

En la resonancia se veía todo bien, él me dijo que no era Sudeck pero no sabía lo que era.

Volví a la unidad del dolor y ya sí que me han diagnosticado Síndrome de Sudeck en mi pie derecho, ahora hay que jugar con la medicación, rehabilitación… Os iré contando como voy avanzando”.


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