(AZprensa) Una de las industrias que mayor dinero (tanto
en términos absolutos como en porcentaje respecto al total de sus ingresos)
destina a la investigación, es la industria farmacéutica. A nivel mundial, esta
cifra se elevó el último año a 130.000 millones de euros.
También en España esta cifra es de las más importantes y
a ello se añade otro hecho: más del 94 por ciento de las personas que trabajan
en esta industria tienen contrato indefinido y más del 60 por ciento son
titulados universitarios, y más del 50 por ciento son mujeres.
La industria farmacéutica crea riqueza, aunque esta imagen
no llegue a la opinión pública que sigue manteniendo una imagen negativa de los
laboratorios médicos. Los médicos tienen buena imagen, los profesionales de enfermería
también, los farmacéuticos de los que más, los medicamentos son muy bien
valorados por los ciudadanos… pero los laboratorios son a sus ojos “los malos de
la película”. ¿No saben que los medicamentos son el fruto del trabajo de los
laboratorios? Cierto que médicos, farmacéuticos, químicos, biólogos, etc.
trabajan en estos laboratorios para descubrir y desarrollar nuevos fármacos,
pero lo hacen en unas organizaciones llamadas laboratorios farmacéuticos que no
son ONGs sino empresas comerciales que deben dar beneficio a los accionistas
que invirtieron allí su dinero.
Pero no, como la industria farmacéutica calla y no da la
cara ante los medios de comunicación, ni siquiera cuando la atacan, siguen
arrastrando y consolidando su mala imagen, hagan lo que hagan. Y da igual que
generen riqueza, que creen puestos de trabajo, que destaquen en igualdad de
género… Todo eso da igual; los laboratorios son los malos.
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