(AZprensa)
Con cierta frecuencia las Sociedades científicas difunden “Decálogos” con
consejos prácticos para que los ciudadanos mejoren su salud. Se trata de una
labor educativa que, mediante unas recomendaciones asequibles para la mayoría
de las personas. Por ello no debería extrañar que la Sociedad Española de
Enfermedades Infecciosas y Microbiología (SEIMC) haya publicado un “Decálogo de
recomendaciones para combatir la resistencia antimicrobiana en España”. Sin
embargo, revisando los 10 puntos de este “Decálogo” nos damos cuenta que sólo
se trata de buenos deseos, de buenas intenciones, de cosas que deberían hacerse
pero que no están en mano de la SEIMC y por lo tanto parece difícil que vayan a
llevarse a cabo.
Estos
son los 10 puntos que más parecen una lista de deseos que unas medidas que
puedan ponerse en práctica. Eso sí, hay palabras muy rimbombantes y mucha
parafernalia, para hacerlo bonito… pero de ahí a la realidad hay un abismo:
1.-
Convertir el uso adecuado de los antibióticos en la medicina, en la ganadería y
en la agricultura, en un estándar de calidad prioritario.
2.-
Hacer obligatorios los Programas de Optimización de Uso de Antibióticos (PROA)
como programas de calidad asistencial basados en la formación en los
hospitales y en atención primaria, y dotarlos de los medios necesarios.
3.-
Dotar con los recursos necesarios a los Servicios/Laboratorios de Microbiología
para la detección de las resistencias bacterianas, creando pruebas de
diagnóstico rápido y estudios de sensibilidad.
4.-
Disponer de información en tiempo real de los indicadores clave en consumo de
antibióticos, resistencias bacterianas y en sus consecuencias clínicas.
5.-
Impulsar los programas multidisciplinares de vigilancia, prevención y control
de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria junto a los de uso
apropiado de los antimicrobianos, a semejanza del Programa PIRASOA de Andalucía
y de programas similares en Cataluña.
6.-
Crear la especialidad de enfermedades infecciosas y mantener la formación
actual de los microbiólogos.
7.-
Educar a los ciudadanos, desde la escuela a la universidad, en el buen uso de
los antibióticos.
8.-
Impulsar el desarrollo de nuevos antibióticos, participando en los ensayos clínicos
y agilizando su incorporación a la práctica clínica. Investigar con los
antibióticos disponibles para mejorar su eficacia y seguridad.
9.-
Investigar en otras medidas, no antibióticas, para la prevención, control y
tratamiento de las infecciones por bacterias multirresistentes.
10.-
Optimizar las tasas de vacunación, particularmente frente a la gripe, de los
profesionales sanitarios y de los ciudadanos.
Conclusión:
¿De qué vale un Decálogo tan bonito? ¿Lo puede poner en práctica la SEIMC? No,
porque no depende de ella. ¿Le van a hacer caso todas las instituciones que
deberían hacer realidad esas medidas? No. ¿Puede la SEIMC influir de forma
decisiva para que se tomen esas medidas? No. Así que, tras leerlo y pensar “¡ojalá
se hiciese todo eso!”, podemos tirarlo a la papelera y bajar de nuevo al mundo
real. ¿No sería mejor que la SEIMC –y todas las Sociedades científicas-
dedicasen su esfuerzo a cosas que dependiesen de ellas y sí tuviesen
posibilidades de ser puestas en práctica?
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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