lunes, 23 de diciembre de 2019

Las infecciones bucales pueden causar Alzheimer


(AZprensa) La posible asociación entre periodontitis y enfermedad de Alzheimer se planteó ya hace años, pero es ahora cuando se empiezan a contar con las evidencias más sólidas y consistentes, basadas no solo en estudios experimentales sino también en humanos. Esta vinculación podría explicarse en dos sentidos: por un lado, el deterioro cognitivo progresivo limitaría los hábitos de higiene bucodentales, afectando a la salud oral; y, por otro lado, el proceso inmuno-inflamatorio crónico y la inflamación sistémica secundaria a la periodontitis podría inducir fenómenos neuro-inflamatorios que favorecieran la enfermedad de Alzheimer.

En los últimos años se han publicado investigaciones que sitúan directamente a bacterias orales, específicamente asociadas a la periodontitis, como causa de la enfermedad de Alzheimer. Estas investigaciones han asociado una bacteria, cuyo único nicho ecológico es la cavidad bucal, como causante de procesos de inflamación cerebral que pueden conducir a enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas. “Estas bacterias tienen la capacidad de pasar al torrente sanguíneo desde las lesiones periodontales (bolsas) consecuencia de la periodontitis; y una vez en la sangre, tienen la capacidad de atravesar la barrera hemato-encefálica y causar procesos inflamatorios locales en el tejido cerebral”, afirma el Prof. Dr. Mariano Sanz, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid.

La inflamación crónica del tejido cerebral es el mecanismo fisiopatológico fundamental de la enfermedad de Alzheimer, sobre todo en edades avanzadas cuando el sistema inmune adaptativo se encuentra debilitado. Bajo estas condiciones, una interacción crónica con antígenos bacterianos o fúngicos condiciona una hiperactividad de las células inmuno-competentes del sistema innato, con una mayor producción de citoquinas y otros mediadores pro-inflamatorios, que secundariamente pueden dañar a las neuronas.

Como explica el Prof. Dr. David Herrera, profesor de la UCM, “esos antígenos bacterianos o fúngicos podrían proceder de infecciones periodontales, que generan una inflamación sistémica crónica de bajo nivel, con frecuentes y repetidas bacteriemias”. De manera adicional, continua explicando, “la proximidad la bulbo y conductos olfatorios podría explicar el paso directo de bacterias o antígenos bacterianos al parénquima cortical”.

Los procesos locales de inflamación en tejido cerebral dañan el tejido neuronal e interfieren con las conexiones inter-neuronales, responsables de la mayoría de nuestra actividad consciente. En este sentido, el Prof. Sanz advierte que “los  pacientes con  periodontitis, por un lado, sufren una inflamación sistémica, así como el paso de bacterias desde el tejido periodontal a la sangre (con capacidad para atravesar la barrera entre la sangre y el tejido cerebral) lo cual puede condicionar y agravar los procesos inflamatorios locales a nivel cerebral”.

Y es que como explica el Dr. Juan Carlos Leza, de la UCM, el hecho de mantener de manera crónica un foco de inflamación e infección, como en el caso de la periodontitis, “conlleva que dicho proceso pueda hacerse sistémico, puede traspasar las fronteras de los tejidos de la boca y circular por la sangre y, por supuesto, llegar a entrar en el cerebro y otras estructuras del sistema nervioso central”.

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