miércoles, 3 de abril de 2024

Una historia ligada a Nobel (y 2)

(AZprensa) Cuando las multinacionales Astra y Zéneca se fusionaron, dando lugar al tercer laboratorio farmacéutico más grande del mundo, AstraZéneca, investigué –como responsable de Comunicación- sobre la historia de estas compañías. Fue así como descubrí que hasta un total de 10 galardonados con el Premio Nobel habían trabajado o colaborado directamente con este laboratorio… ¡y nadie había reparado en ello hasta entonces! Y no sólo eso, sino que la historia de estos Premios Nobel y el laboratorio estaba plagada de anécdotas y hechos curiosos…
 
Alfred Nobel.- Este ingeniero químico nació en 1833 en el seno de una amplia  familia  (eran  11  hermanos)  en  la  que  ya  destacaron  algunos miembros por su contribución a la ciencia. Su abuelo materno, por ejemplo, descubrió la existencia de los vasos linfáticos y a su padre se deben diversos inventos como el torpedo submarino.
 
Alfred Nobel se dio a conocer al inventar un detonador que permitía la explosión de la nitroglicerina. Como el principal problema de la misma residía en su inestabilidad (explotaba a la menor sacudida), Nobel desarrolló una mezcla de nitroglicerina y kieselguhr (una sustancia inerte y porosa formada por caparazones de protozoos ciliados) a la que bautizó como dinamita. Este invento fue decisivo para abordar obras de gran envergadura, como la abertura del canal de Panamá y el canal de Corinto, o la construcción del túnel de San Gotardo, que une Suiza e Italia por debajo de los Alpes. Su empleo se extendió tanto que, a finales de siglo, poseía unas 80 fábricas en numerosos países, permitiéndole acumular una inmensa fortuna.
 
En 1870 había creado Nobel Industries, la mayor compañía de explosivos, y en 1926 tomó la decisión de unirse a otras tres grandes compañías químicas: British Dyestuffs, United Alcali y Brunner, Mond and Co. Fruto de esta unión nació el grupo químico ICI (Imperial Chemical Industries) cuya rama farmacéutica se segregó en 1993 con el nombre de Zéneca para fusionarse años más tarde, en 1999, con Astra y crear así la actual AstraZéneca.
 
Pero los descubrimientos de Alfred Nobel no se utilizaron sólo para beneficio de la humanidad (construcción de túneles, carreteras, etc.) sino que también tuvieron su aplicación en la guerra. Fruto de los remordimientos que esta indeseada utilización de sus descubrimientos produjo, Nobel quiso que al menos la fortuna que había conseguido a lo largo de esos años se utilizase en beneficio de la humanidad y para ello creó la Fundación Nobel, a la que dejó una herencia de 33 millones de coronas-oro (unos 150 millones de euros) y que, a partir de 1901 concede  anualmente los  prestigiosos  premios que llevan  su nombre. En efecto, el mayor acontecimiento científico de cada año es sin duda la concesión de los Premios Nobel, que consagran a los científicos más destacados en diversas ciencias, literatura, o esfuerzos a favor de la paz. En el caso concreto de la medicina, es también el máximo galardón al que se puede aspirar y, a lo largo de estos años un total de 10 galardonados con estos premios han estado ligados de alguna manera a AstraZéneca y han protagonizado algunas coincidencias realmente curiosas.
 
Por ejemplo, ya hemos dicho que Industrias Nobel fue una de las empresas que se fusionaron para crear la antigua ICI que más tarde sería Zéneca. Pero es que también un ganador del premio Nobel fue fundador de Astra. Este mismo galardonado protagonizó otro caso realmente curioso ya que, tanto él como después su hijo, recibieron ambos el Premio Nobel y los dos trabajaron para la misma compañía. También es curiosa la forma en que las vidas de dos galardonados, Chain y Florey se entrecruzaron: uno trabajó para Astra, otro para Zéneca, los dos colaboraron conjuntamente y fruto de ese trabajo ambos recibieron el premio Nobel.
 
Esta es, pues, la relación de esos diez galardonados con el Premio Nobel:
 
Theodor Swedberg.-
En esta especial relación de científicos, el primero en recibir el citado galardón (aunque no el primero –como veremos- en tener relación con AstraZéneca) fue Theodor Swedberg, quien recibió el Premio Nobel de química en 1926 por sus aportaciones en la química de las soluciones coloidales. Fue a comienzos de la década de los 30 cuando se unió a Astra como asesor, junto con otro de los posteriormente galardonados, Hugo Theorell, contribuyendo a uno de los períodos más florecientes de la expansión comercial de esta compañía.
 
Hans von Euler.- Mención especial en esta relación merece Hans von Euler, ya que en el año 1913 fundó Astra, junto con Adolf Rising (jefe de fabricación farmacéutica de Ciba, en Basilea, Suiza) y Knut Sjöberg (uno de los farmacéuticos más destacados de Suecia), siendo además su primer asesor científico. Este químico alemán dirigió sus estudios hacia las enzimas, las vitaminas y la genética. Su libro "Plant Chemistry" sigue siendo hoy día un clásico en el campo de la bioquímica. En 1929 recibió el Premio Nobel de química por sus estudios sobre la fermentación de los azúcares y sobre los enzimas implicados. Sus investigaciones en bioquímica contribuyeron al descubrimiento de numerosos fármacos.
 
Ernst Boris Chain y Howard Walter Florey.- En 1933 Ernst Boris Chain destacó por su estudio de los enzimas y comenzó a colaborar con Howard Walter Florey, un patólogo que se había interesado por los trabajos de Fleming sobre las propiedades de la lisozima. Partiendo de los estudios de Fleming sobre el hongo Penicilium notatum, Chain y Florey consiguieron aislar un potente antibiótico al que Chain bautizó como penicilina. En 1941 Florey se incorporó a Zéneca como asesor y publicó un artículo (calificado como el artículo más importante jamás publicado) que impulsó definitivamente este descubrimiento cuya aplicación ha salvado miles de vidas. A Florey se debe especialmente el aislamiento de la penicilina y la confirmación de sus efectos antibióticos, así como la producción masiva de este antibiótico en Estados Unidos gracias a su descubrimiento que permitía cultivar la penicilina con licor de maíz. Por su parte Chain firmó un contrato con Astra en 1945, que cubría la fabricación de penicilina. En 1945, Chain, Florey y Fleming, recibieron conjuntamente el Premio Nobel de medicina por este descubrimiento aunque, curiosamente, cuando se pregunta a la gente quién ganó el prmio Nobel por la penicilina, todos responden “Fleming” y se olvidan que dicho premio fue compartido por tres científicos que –cada uno en su campo- hizo viable la utilización de este antibiótico.
 
Arne Tiselius.- Otro de los colaboradores de Astra fue Arne Tiselius, a quien se debe la invención de la electroforesis para el estudio de las proteínas y otras macromoléculas. En 1948 fue galardonado con el Premio Nobel de química por sus trabajos sobre la naturaleza del plasma sanguíneo. Inició su investigación en torno a los procesos de difusión y adsorción y, con la ayuda de una beca de la Fundación Rockefeller, en la Universidad de Princeton, consiguió desarrollar el plasma sanguíneo sintético. A su retorno a Uppsala (Suecia), en donde Astra tenía uno de sus grandes centros de investigación, reanudó su interés por las proteínas y por el uso de métodos físicos en los problemas bioquímicos, lo cual le condujo a desarrollar un método mejorado de análisis electroforético que fue mejorando en los años posteriores.
 
Hugo Theorell.- También en la década de los 30 Hugo Theorell se unió a Astra como asesor, y su ayudante Bertil Sjögren fue nombrado jefe de investigación. El premio Nobel le fue concedido en el año 1955 por sus descubrimientos relativos a la naturaleza y al modo de acción de los enzimas implicados en las oxidaciones biológicas. Uno de los principales logros de este bioquímico sueco fue conseguir la primera cristalización de la mioglobina, la proteína transportadora de oxigeno del músculo, y fue también el primero en describir con todo detalle un mecanismo enzimático. A él se debe el descubrimiento del fermento amarillo (vitamina B2+apoenzima) e importantes trabajos sobre el citocromo C.
 
Ulf von Euler.- Con Ulf von Euler se da el único caso en la historia en que un padre y su hijo han sido galardonados con el Premio Nobel (de química, el padre, y de medicina, el hijo) y ambos han trabajado para la misma compañía. Hijo de Hans von Euler, uno de los fundadores de Astra, Ulf trabajó junto a otro galardonado, Hugo Theorell, en los laboratorios de Astra en Suecia. Fue el primer médico investigador que probó el anestésico local Xylocaína, desarrollado por esta compañía, y descubrió la noradrenalina y las prostaglandinas. Sugirió la existencia de una sustancia que ejercía una acción contráctil unas veces y relajante otras, sobre la musculatura uterina. En 1970 recibió el Premio Nobel de medicina por sus descubrimientos acerca de los transmisores humorales en los terminales nerviosos y el mecanismo para su almacenamiento, liberación e inactivación, compartiendo dicho premio con Bernard Katz y Julius Axelrod.
 
Sune Bergström.- Por lo que se refiere a este investigador, que colaboró con Astra como asesor, recibió el Premio Nobel de medicina en el año 1982 por sus descubrimientos relativos a las prostaglandinas y a diversas sustancias biológicas emparentadas con las mismas. Dicho premio fue compartido con los doctores Bengt I. Samuelsson y John R. Vane.
Bergström, nacido en 1916, se formó en el Instituto Karolinska de Estocolmo, en la Universidad de Columbia en Nueva York y en la Universidad de Basilea en Suiza. En 1958 regresó al Instituto Karolinska como profesor de química y a continuación fue nombrado decano de la facultad de Medicina de la capital sueca y director del centro en 1969. Asimismo formó parte del comité Nobel entre 1975 y 1987, y fue responsable de investigación médica en la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre 1977 y 1982.
 
James Black.- En 1958 este joven doctor se unió a la antigua Zéneca (entonces ICI) para desarrollar sus investigaciones sobre los efectos de unos  neurotransmisores  llamados  catecolaminas. James Black descubrió que bloqueando la acción de las catecolaminas en el corazón, se podía prevenir el riesgo derivado del aumento en la intensidad y frecuencia de los latidos. Sus investigaciones condujeron al descubrimiento del primer betabloqueante, pronethalol. Por estas investigaciones y la vía terapéutica que abrieron, se le concedió en 1988 el Premio Nobel de medicina, un premio compartido con Gertrude Elion y George Hitchings. Investigaciones posteriores llevadas a cabo por Black y su equipo de investigadores en los laboratorios de Zéneca en Alderley Park (Reino Unido) condujeron al descubrimiento de Sumial (propranolol), uno de los betabloqueantes de más amplia difusión y, posteriormente, al descubrimiento de Tenormin (atenolol), uno de los dos betabloqueantes cardioselectivos más prescritos en todo el mundo.
 
Arvid Carlsson.- Finalmente Arvid Carlsson, profesor de Farmacología en la Universidad de Gotemburgo (Suecia), fue galardonado con el Premio Nobel de medicina del año 2000 por sus estudios sobre la transmisión de señales en el sistema nervioso. La Academia Sueca destacó los "descubrimientos esenciales sobre un modo importante de transmisión de la señal entre diferentes células nerviosas, la transmisión sináptica lenta", que han sido determinantes "para la comprensión de las funciones normales del cerebro y de las condiciones en las que perturbaciones en la transmisión de la señal pueden inducir enfermedades neurológicas o físicas". Este investigador ha sido reconocido por su descubrimiento de que la dopamina es un transmisor en el cerebro que tiene una gran importancia para nuestra capacidad de controlar los movimientos. Su investigación ha demostrado que la enfermedad de Parkinson está causada por una falta de dopamina en determinadas partes del cerebro por lo que un remedio eficaz (L-dopa) para esta enfermedad puede desarrollarse. También ha demostrado el modo en que actúan los fármacos usados en el tratamiento de la esquizofrenia.
 
La figura de Carlsson cabe calificarla de decisiva en el desarrollo de AstraZéneca, sobre todo en la década de los 60. Gracias a su influencia, la compañía dirigió su investigación hacia los betabloqueantes, los betaestimuladores y la también llamada hipótesis de la serotonina. En el caso de los betabloqueantes, la investigación culminó con Seloken (metoprolol), un betabloqueante cardioselectivo que se ha convertido en uno de los fármacos más importantes para el tratamiento de la hipertensión arterial (comercializado también como Beloken en algunos países). Por su parte, en el caso de los betaestimuladores, la investigación condujo a un nuevo agente broncodilatador, Terbasmin (terbutalina), un beta 2 agonista para el tratamiento del asma, que revolucionó el tratamiento de esta enfermedad.
 
Y es que, en resumen… Para tratar las enfermedades siempre han existido remedios, aun cuando la mayoría de ellos fuesen de dudosa o nula eficacia. Y ¡qué decir del conocimiento sobre el origen de las enfermedades y del modo de actuación que de esos tratamientos se tenía! Realmente hasta el siglo XIX nadie era capaz de distinguir entre medicinas y especias, y ni siquiera quienes prescribían dichos remedios podían añadir mucho más sobre ellos. Uno de los tratamientos más comunes en aquella época era el uso de sanguijuelas para que chuparan el “exceso de sangre” al que atribuían la causa de muchos males. Igualmente se creyó, durante un tiempo, que la electricidad proporcionaba un suministro extra de fuerza vital.
 
Afortunadamente el progreso del conocimiento en todas sus áreas fue descartando viejas creencias y abriendo nuevos caminos en la medicina y en el resto de las ciencias. Actualmente son muchas las enfermedades conocidas y múltiples también sus opciones de tratamiento tanto médico como quirúrgico. La era de los fármacos, tal como hoy la conocemos,  comenzó  hace tan solo un siglo,  sin  embargo  sus orígenes hay que buscarlos hace doscientos años y en esa historia, la compañía fundada por Alfred Nobel tuvo mucho que decir.

La primera parte de este artículo está en el siguiente enlace: 
https://azpressnews.blogspot.com/2024/04/una-historia-ligada-nobel-1.html

 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon.

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