sábado, 1 de junio de 2024

El rumor no es noticia, es manipulación

(AZprensa) 
Estamos acostumbrados a ver, oír y leer rumores, los cuales nos quieren hacer creer que se trata de certezas; pero no, el rumor no es “periodismo” sino pura y dura “manipulación”.

El rumor es algo que va contra los derechos más elementales del ciudadano: va en contra de la presunción de inocencia, va en contra de la veracidad de las informaciones… y todo ¿para qué? Para unos intereses particulares que nada tienen que ver con el lector ni con sus intereses.
 
Decía un conocido periodista y amigo que “el rumor es la antesala de la noticia”. Una frase que puede ser compartida cuando dicho rumor no es sino el adelanto de una certeza sobre la que se tienen suficientes pruebas que lo verifican.
 
Sin embargo, con frecuencia vemos en algunos medios que el rumor solo se sustenta en la imaginación, el deseo o la tendenciosidad de quien difunde dicho rumor. Después, si suena la flauta y se acierta, vendrá el inevitable “como ya lo habíamos adelantado...”. Si, por el contrario, no se acierta, se olvidarán rápidamente del tema o tratarán de justificarlo con un “no pudo ser porque a última hora...” o algo así.
 
El rumor es, en definitiva, algo que debería desterrarse del buen periodismo. Si hay evidencias, no es rumor, es noticia. Y si no hay evidencias claras, más vale que se dediquen a trabajar e investigar más en vez de enturbiar el panorama.
 
Siguiendo con esto, quiero añadir una reflexión general y es la tendencia que todos tenemos a extrapolar nuestra opinión o nuestro caso particular a la generalidad. Si a nosotros no nos ha gustado un hotel (por poner un ejemplo) ya damos a entender que “ese hotel es muy malo” y que la mayoría de la gente tiene la obligación de opinar igual que yo.
 
Igual sucede con el conocimiento sobre cualquier tema en el que siempre somos “expertos”, aunque lo único que sabemos del mismo son cuatro titulares sueltos leídos en los medios de comunicación o alguna opinión escuchada a alguien que nos cayó simpático.
 
Y en un ejercicio de osadía sin límites, nos permitimos criticar basados en esta amplia documentación: (A) Los resultados de la encuesta realizada a un único ciudadano (yo mismo), es decir, nuestra propia opinión. (B) La amplia documentación leída en unos cuantos titulares sueltos (porque de ahí no pasamos y encimas nos creemos que con leer los titulares ya estamos informados).
 
Así es la vida, y esto es lo que cada día podemos comprobar en las redes sociales que se han convertido en los verdugos del buen periodismo.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon.
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