(AZprensa) Según
se ha sabido (aunque no se habla demasiado de esto, tal y como están todos los
políticos atacándose unos a otros), la auxiliar de enfermería que atendió al último de los
fallecidos acudió al médico al sentirse mal. Acudió primero al Hospital Carlos III y allí no la atendieron sino que le dijeron que sólo volviese si tenía fiebre. En el Hospital de Alcorcón, después de explicar quién era y sus temores, pidió hacerse las pruebas para saber si estaba o no infectada. La
mandaron para su casa diciéndole simplemente que siguiera tomándose la
temperatura porque no llegaba a los 38,5ºC de fiebre. No le hicieron las
pruebas hasta cinco días después. Cuando finalmente una ambulancia la llevó al hospital, lo hizo como a otro enfermo cualquiera, sin ningún tipo de protección; y cuando esta ambulancia terminó el traslado siguió trabajando 12 horas más trasladando a otros pacientes.
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