Un equipo internacional de
investigadores con participación del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC) ha desarrollado una técnica no invasiva para medir la
elasticidad de la córnea, la lente más externa del ojo. Este método de medición
podría aplicarse en el diagnóstico y tratamiento de patologías como el
queratocono, en el que la córnea pierde su firmeza, se abomba y distorsiona las
imágenes. El trabajo se publica en la revista “Journal
of the Royal Society Interface”.
En el ojo
normal, la geometría de la córnea es regular, lo que proporciona imágenes de
buena calidad, según explica la investigadora del CSIC Susana Marcos, del
Instituto de Óptica, quien ha coordinado el trabajo. “Sin embargo, en ciertas
patologías, como el queratocono (que afecta a 5 de cada 10.000 personas)
la córnea pierde su rigidez y se abomba, lo que produce un grave deterioro de
la calidad visual”, añade.
El nuevo método consiste en
estimular acústicamente la córnea y registrar imágenes a alta velocidad y con
resolución en la nanoescala mediante una vibrografía con un Tomógrafo de
Coherencia Óptica (OCT), explica Marcos. “La técnica permite identificar
la frecuencia de resonancia de la córnea, la cual, según demuestran modelos de
elementos finitos, depende principalmente de la elasticidad corneal”, añade.
“La gran ventaja de la vibrografía
OCT sobre otras posibles técnicas es que la medida es independiente de otros
factores como la presión intraocular o el espesor corneal, lo que permite
aislar parámetros biomecánicos de otros efectos”, comenta la investigadora del
CSIC Sabine Kling, del Instituto de Óptica, quien ha encabezado el
estudio. “El trabajo demuestra que tras aplicar un tratamiento de cross-linking (una técnica de corrección) existe un
desplazamiento de la frecuencia de resonancia, compatible con un incremento de
la rigidez corneal”, señala Kling.
Aparte de para el diagnóstico y
evaluación del tratamiento del queratocono, señalan las investigadoras, esta
técnica presenta otras posibles aplicaciones clínicas, como el screening de pacientes de cirugía refractiva, o
la personalización de tratamientos que dependen de la respuesta corneal, como
implantes intracorneales o cirugía incisional.
El estudio lo han llevado a cabo
investigadores del Instituto de Óptica, liderados por la profesora Susana
Marcos, en colaboración con el laboratorio del profesor Andy Yun, del Wellman
Center of Photomedicine, un centro asociado al Massachusetts Institute of
Technology.
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