(AZprensa)Existe un gran desconocimiento
entre la población respecto a las propiedades de la carne de conejo. Veamos
algunas de sus particularidades:
Tal como describe Begoña Cerdá, profesora de
la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Europea de Madrid, “es una
carne magra, ya que su contenido en grasa es bajo, menos del cinco por ciento.
Se caracteriza por tener un gran perfil lipídico, posee niveles bajos de ácidos
grasos saturados y altos de ácidos grasos poliinsaturados y de omega-3. Su
contenido en colesterol es bajo y, además, es una fuente importante de
vitaminas hidrosolubles (B2, B3, B5, B6 y B12), así como de minerales, entre
los que destaca el zinc, el selenio, el hierro o el potasio y su bajo contenido
en sodio”.
Según expone esta especialista, “debido a su
bajo contenido en grasa y su buena digestibilidad su consumo es muy adecuado
para personas con problemas relacionados con el aparato digestivo. Es adecuada
en dietas con restricción calórica, para obesidad y sobrepeso, y en dietas
pobres en sodio. También la podrían tomar personas con problemas leves o
moderados de dislipemias. Esta carne puede ser incluida en dietas destinadas a
tratar problemas de hiperuricemia o gota, ya que no contiene ácido úrico ni
purinas”.
Quizás sea su aporte de vitamina B12 uno de
sus aspectos más importantes. Las personas que toman IBPs como el omeprazol y
otros similares, a los que se llama “protectores gástricos” y que se recetan
habitualmente a las personas que están en tratamiento con varios productos,
pueden tener por esta causa (en especial si llevan dos años o más tomándolos)
un déficit de vitamina B12. Pues bien, 100 gr. de carne de conejo cubren el
282% de las necesidades de vit. B12 de un adulto.
Pero además, como explica Natalia Ramos
Carrera, dietista-nutricionista de Sprim (Salud, Prevención, Investigación e
Información Médica), comer de forma habitual carne de conejo “resulta de
interés, ya que su alto contenido en proteínas contribuye a conservar la masa muscular;
además, junto al fósforo ayuda al buen funcionamiento de los huesos. También es
fuente de selenio y protege a las células frente al daño oxidativo”.
En comparación con otras especies animales,
señala Natalia Ramos que: “como el pollo o la ternera, la carne de conejo tiene
un menor contenido en colesterol y una mayor cantidad de ácidos grasos
poliinsaturados. De hecho, es una de las carnes con mayor contenido en ácidos
grasos poliinsaturados y en omega-3». Además, al tratarse de una carne magra,
“se recomienda su consumo entre tres y cuatro veces a la semana dentro de una
alimentación variada y equilibrada. Es una buena costumbre tomar conejo dos
veces por semana en todas las etapas de la vida”.
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