(AZprensa) El deseo de adelantar la muerte ante una
enfermedad avanzada debe abordarse en las unidades de cuidados paliativos desde
una perspectiva integral, que no se centre exclusivamente en paliar el dolor y
los síntomas físicos. El profesional debe afrontar la solicitud del paciente, e
incluso adelantarse a ella, desde el diálogo, explorando las verdaderas
motivaciones que llevan al enfermo a plantear acortar su vida, pues en muchos
casos detrás hay patologías como la depresión, que no están siendo tratadas.
Así lo ha expresado en el X Congreso Nacional de la Sociedad Española de
Cuidados Paliativos (SECPAL) el experto canadiense José Pereira (en la imagen),
jefe de la División de Cuidados Paliativos de la Universidad de Ottawa
(Ontario, Canadá). Según Pereira, la respuesta del profesional ante una
petición de eutanasia o suicidio asistido no debe quedarse en la ilegalidad de
estas prácticas, sino que “hay que escuchar al enfermo, darle valor a sus
palabras y conocer por qué piden acelerar la muerte”.
Distintos estudios, en su
mayoría liderados por el psiquiatra canadiense Harvey Chochinov, referencia
mundial en el abordaje emocional del paciente terminal, indican que cuando se
habla con el paciente se observa que el deseo de morir en la mayoría de los
casos es ocasional, no persistente. Además se ha visto que en un porcentaje muy
elevado tiene que ver con la desesperanza y la depresión, problemas para los
que muy pocos están recibiendo ayuda. Cuando el profesional de paliativos
interviene sobre esas causas baja el deseo, que puede llegar a ser hasta cinco
veces más alto en personas con depresión.
Otros motivos que influyen en
la solicitud de adelantar la muerte tienen que ver con el aislamiento social,
la desmoralización, el inadecuado control de síntomas físicos, el sufrimiento o
la percepción de carga para la familia. Según Pereira, el profesional de
paliativos debe buscar estos síntomas de angustia psicológica para intervenir
sobre ellos, sin entrar a juzgar el deseo final del paciente.
El experto canadiense ha
abogado por derribar las barreras y el miedo que impiden hablar con más
naturalidad de este tema con los pacientes de cuidados paliativos, pues se da
la circunstancia de que según distintos estudios es muy pequeño el porcentaje
de enfermos, que recibiendo cuidados paliativos, desee morir antes. En esta
línea, cabe destacar la reciente tesis doctoral del doctor Miguel Ángel Cuervo
Pinna, director científico del congreso e internista del equipo de Soporte de
Cuidados Paliativos del Complejo Hospitalario Infanta Cristina de Badajoz,
sobre actitudes y opiniones de los médicos españoles ante la eutanasia y el
suicidio médicamente asistido, según la cual menos del 2% de los pacientes con
enfermedad avanzada, una vez que son tratados por equipos específicos de
Cuidados Paliativos, refieren el deseo de adelantar la muerte.
Estas evidencias, según
Pereira, obligan a que antes de hablar de eutanasia y suicidio asistido hay que
hablar sobre cuidados paliativos y cubrir las lagunas que hay en este tipo de
atención como la vía para afrontar el final de la vida, salvaguardando los
derechos del paciente.
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