(AZprensa) En España la dermatitis atópica afecta el 30% de la
población infantil, siendo la enfermedad crónica de la piel más frecuente en
niños, y el 10% de la población adulta. El 50% de los casos aparecen en el
primer año de vida, y el 80% antes de los 5 años, aunque los brotes de la
enfermedad pueden aparecer a cualquier edad.
Según unos datos presentados por la Asociación de Familiares y
Pacientes de dermatitis atópica procedentes del estudio Datop, una encuesta
realizada a 241 pacientes, el 89% de los pacientes con dermatitis atópica se
sienten impotentes ante su enfermedad, el 78,4% irritables por los síntomas y
el 70% cansados y tristes ante el impacto en su vida. Asimismo, el 81% se
muestra preocupado por su aspecto físico, mientras que el 80% afirma que la
dermatitis atópica les limita el ocio, el 60% que les afecta sus actividades
sociales y al 37% les hace sentir incómodos en el trabajo o en el colegio.
La dermatitis atópica es una enfermedad que se caracteriza por la
sequedad de la piel, la aparición de lesiones de enrojecimiento e inflamación,
así como la descamación en placas junto con un intenso picor. El picor provoca
el rascado del paciente, iniciando así un círculo vicioso que produce mayor
irritación de la piel, agravando las heridas y corriendo el riesgo de una
sobreinfección. La enfermedad cursa alternando épocas de mejoría con épocas de
crisis o brotes. Estos periodos de crisis provocan además problemas para dormir
y como consecuencia cansancio y cambio de humor.
Las principales recomendaciones de los médicos para el control de la
enfermedad y evitar en la medida de lo posible la aparición de los síntomas
incluyen la hidratación de la piel con productos dermatológicos especialmente
diseñados para el cuidado de la dermatitis atópica y la higiene con jabones
adecuados, además de medidas relacionadas con el vestuario, el hogar, la
alimentación y el rascado, que mejoran la calidad de vida del paciente.
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