(AZprensa) La idea de una estrategia basada en la polipíldora fue
propuesta por varios expertos a comienzos del presente siglo. El Dr. Valentín
Fuster, director del CNIC, tomó la decisión de desarrollar una estrategia de
prevención cardiovascular secundaria durante una visita a Rusia. Como él mismo
recuerda, en aquel viaje preguntó a sus colegas rusos sobre el consumo de la
medicación necesaria tras un infarto en este país. Su respuesta: su uso no era
rutinario en la práctica clínica.
Pronto se vio que juntar tres medicamentos en uno podría influir en la
mejora del cumplimiento terapéutico por parte del paciente: por lógica, el
consumo diario y de por vida de un comprimido era más fácil para los pacientes
que el de tres. Posteriormente, en el estudio FOCUS se ha puesto de manifiesto
que la polipíldora mejora la adherencia terapéutica. Se espera que estudios
posteriores demuestren, en consecuencia, que la polipíldora pueda reducir la
ocurrencia de otros eventos y los costes asociados.
Así, años después, y ya como presidente de la Federación Mundial del
Corazón, el Dr. Fuster consideró que la polipíldora era la mejor forma para
promover la prevención secundaria cardiovascular. Para su desarrollo y
posterior comercialización, el Dr. Fuster requería de un laboratorio que le
apoyara. Finalmente, fue la compañía farmacéutica Ferrer la que apoyó al CNIC
en este proyecto, iniciando así un ejemplo de colaboración público-privada
paradigmático en nuestro país, que ha fructificado en la aprobación de este
novedoso medicamento. y que a finales de este año se comercializará en España.
Actualmente la polipíldora cardiovascular ya es un hecho. Desarrollada
por CNIC conjuntamente con los laboratorios Ferrer, es el primer tratamiento
aprobado por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) en diversos países, que
contiene en una única cápsula tres medicamentos recomendados en las guías
terapéuticas (Atorvastatina, Ácido Acetilsalicílico y Ramipril) para la
prevención secundaria en pacientes que ya han sufrido un evento cardiovascular.
En este sentido, el doctor Valentín Fuster, director del Centro Nacional de
Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), ha señalado que “incrementará la adherencia al tratamiento en 10
puntos, con un aumento relativo del 22% en los pacientes que han sufrido un
infarto, y evitar un segundo evento”.
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