martes, 28 de mayo de 2024

La mayor grandeza de un directivo es la humildad

(AZprensa) Cuando un directivo es realmente “grande” es cuando se muestra humilde y sencillo, cuando escucha y atiende a sus colaboradores, y –sobre todo- cuando les da libertad para realizar su trabajo.
 
El directivo mezquino, el que tiene miedo de que otros mejores que él prosperen en la empresa, tratará por todos los medios de “atar en corto” a sus subordinados, evitará que estos brillen y se adjudicará para sí mismo todos los méritos.
 
Cuando un directivo es “grande” no tiene miedo de que sus subordinados prosperen sino que lo desea y alienta porque sabe que del progreso de todos, también saldrán beneficiados todos, él el primero. Por consiguiente da libertad a sus empleados para que cada cual desempeñe con libertad e iniciativa su trabajo mientras él se limitará a señalarles objetivos, a incentivarles, a apoyarles en cuanto pueda ser de beneficio para el grupo.
 
A la hora de trabajar hay que dar libertad a los empleados. Cierto es que se les deben marcar unas pautas, unos cauces, pero lo suficientemente amplios para que dentro de ellos pueda moverse con libertad y tomar sus propias decisiones. Cuando el ser humano se siente libre, motivado y apoyado, es cuando da lo mejor de sí mismo y de ahí se derivan beneficios para todos.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon.
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