(AZprensa)
En el archipiélago de Svalbard, Noruega, se encuentra Longyearbyen, la ciudad
más al norte del mundo con una población permanente significativa. Situada a 78
grados de latitud norte, esta ciudad polar no solo es conocida por su ubicación
extrema sino también por sus fascinantes características y leyes únicas.
Longyearbyen
fue fundada en 1906 por el empresario estadounidense John Munroe Longyear, cuyo
objetivo era explotar los vastos depósitos de carbón de la región. Inicialmente
una ciudad minera, ha evolucionado con el tiempo para convertirse en un
importante centro de investigación científica y turismo ártico. La minería aún
forma parte de su historia, pero hoy, la economía local se apoya en la ciencia,
la educación, y el creciente turismo que busca explorar la majestuosidad del
Ártico.
La
vida en Longyearbyen es marcada por condiciones climáticas extremas. Los
inviernos son largos y fríos, con temperaturas que pueden caer a -50°C, y los
veranos son cortos y frescos. La ciudad experimenta el "sol de
medianoche" de abril a agosto, donde el sol nunca se pone, y la
"noche polar" de octubre a febrero, con días sin luz solar. Esta
dualidad afecta profundamente la vida diaria y la psicología de los residentes.
Regulaciones
y Curiosidades
Prohibición
de Entierros: Debido a que el suelo está cubierto de permafrost, los cuerpos no
se descomponen, lo que llevó a la prohibición de los entierros en la década de
1950. Esto ha dado lugar a una ley no escrita donde los enfermos terminales
deben ser trasladados al continente para fallecer. La idea de que "morirse
está prohibido" en Longyearbyen es más un mito que una realidad legal, pero
refleja la práctica de evitar muertes en la ciudad por razones sanitarias y
culturales.
Armas para la Protección: Es obligatorio llevar un arma de fuego cuando se sale de los límites de la ciudad debido al gran número de osos polares en la zona. Longyearbyen tiene más osos polares que personas, lo que subraya la necesidad de esta medida de seguridad.
Diversidad
Cultural: A pesar de su remota ubicación, Longyearbyen es un crisol de
culturas, atrayendo a personas de todo el mundo para trabajar en la investigación,
el turismo y la educación. La Universidad del Centro de Svalbard (UNIS) es un centro
educativo de renombre mundial.
Además
de la minería, Longyearbyen es un punto de partida para expediciones árticas,
siendo un destino popular para ver auroras boreales y para explorar la vida
silvestre ártica. El Banco Global de Semillas de Svalbard, conocido como la
"Bóveda del Fin del Mundo", es una instalación única que almacena
semillas de todo el mundo para la preservación en caso de catástrofes globales.
Por
todo ello, Longyearbyen no solo es un testimonio de la adaptabilidad humana a
condiciones extremas sino también un ejemplo de cómo las comunidades pueden
florecer en los lugares más inesperados del planeta. Con su mezcla de historia
minera, investigación científica de vanguardia, y la belleza natural del
Ártico, esta ciudad continúa fascinando a quienes la visitan o deciden llamarla
hogar.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“Cosas de Noruega”: https://www.amazon.es/dp/B08TT5T1JF
Armas para la Protección: Es obligatorio llevar un arma de fuego cuando se sale de los límites de la ciudad debido al gran número de osos polares en la zona. Longyearbyen tiene más osos polares que personas, lo que subraya la necesidad de esta medida de seguridad.
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