(AZprensa)
En el mes de noviembre del año 2008 se publicó en el diario “ABC” el artículo titulado
“¿Y quién cura al médico?”, el cual venía firmado por Isacio Siguero, presidente
de la Organización Médica Colegial (OMC). Y digo bien al especificar que “venía
firmado” porque en realidad dicho artículo no lo había escrito él sino yo, que
era por aquél entonces el Jefe de Prensa de esta corporación que agrupa y
representa a todos los Colegios de Médicos de España. Porque esa era una parte
de mi trabajo, hacer de “negro”, es decir, escribir artículos, editoriales,
prólogos para libros, discursos, etc. para el presidente de turno.
Sin
embargo, en esta ocasión, el artículo fue seleccionado como finalista para los
premios “Reflexiones” que organizaba la revista “Redacción Médica” y se llevó
el accésit y posterior publicación en un libro.
Este
era el artículo:
¿Y
quién cura al médico?
Los
médicos, en su condición de humanos, son tan vulnerables a la enfermedad como
cualquier otra persona y por eso no es de extrañar que, al igual que sucede en
otras profesiones, uno de cada diez médicos pueda sufrir una enfermedad
psíquica o un problema de adicción a lo largo de su vida profesional. ¿Cuál es
la diferencia con respecto a otras personas? En primer lugar hay que señalar el
mayor grado de responsabilidad toda vez que en sus manos está el cuidar de la
salud de los ciudadanos y ello implica un alto nivel de exigencia tanto mental
como física para poder realizar su trabajo. Este punto sería igualmente
aplicable a aquellas otras profesiones de cuya habilidad depende la vida y/o la
salud de muchos ciudadanos.
Sin
embargo en el caso de los médicos nos encontramos con una diferencia y es esa
reticencia a la hora de pedir ayuda cuando se padecen unos síntomas de
alteración psíquica o de adicción. La presión asistencial, el exceso de
trabajo, el anteponer los intereses del paciente a los suyos propios, etc.,
hacen que el médico se vaya relegando al último lugar a la hora de pedir ayuda
o consultar con otros colegas. Creen que son capaces de autotratarse, algo que
no es posible en estas circunstancias, y además, el sentimiento de culpa y la
estigmatización social de la propia enfermedad, hacen que los médicos que las
padecen traten de negarla u ocultarla. La profesión médica no está, pues, más
enferma que el resto de la población, pero donde si hay diferencias es en cómo
unos u otros acuden en busca de ayuda.
Ahora
bien, en el plano positivo, existe también una diferencia, y es que los médicos
constituyen una profesión capaz de hacer autocrítica y de afrontar los
problemas aportando soluciones. Y en este terreno disponen de una solución: el
Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME). Un programa con un
doble objetivo: conseguir que el médico enfermo se sienta respaldado y ofrecer
a los pacientes la garantía de que el médico que les atiende está en óptimas
condiciones para ejercer.
Este
programa, consolidado a través de la Fundación Galatea, trabaja en la
prevención y tratamiento de estos problemas, ofrece apoyo especializado tanto
médico como legal, y todo ello respetando el anonimato y la absoluta
confidencialidad de los datos. Además, esto no supone ningún coste para el
afectado, al estar sufragado por las Consejerías de Sanidad y/o los Colegios de
Médicos a través de la Fundación Patronato de Huérfanos de Médicos de la
Organización Médica Colegial.
Este
es un ejemplo más de cómo los Colegios de Médicos defienden por encima de todo
a los ciudadanos y no permiten que un mal entendido ?corporativismo? pueda
poner en peligro la asistencia sanitaria que se presta a los pacientes. El
Programa PAIME es un instrumento de control de la buena praxis médica y por
tanto un elemento de garantía para toda la población.
Prueba
de ello es, además, la inclusión en el código deontológico de la OMC de la
obligatoriedad de pedir ayuda cuando un médico se detecte algún síntoma que
pueda poner en peligro su capacidad de actuar a pleno rendimiento antes sus
pacientes, y la obligatoriedad de que cualquier médico que tenga conocimiento de
un caso de este tipo, lo comunique al interesado y lo ponga en conocimiento del
respectivo Colegio de Médicos.
El
bien de los pacientes ha de ser siempre prioritario y la actuación de los
Colegios de Médicos busca la rehabilitación y recuperación de los buenos
profesionales salvaguardando en todo momento la calidad de las asistencia a los
pacientes, llegando, cuando sea necesario, a la suspensión temporal o
definitiva del ejercicio profesional de los afectados.
Del
12 al 14 de noviembre se celebra en Barcelona el Congreso anual de este
programa pionero en Europa. Después de 10 años de experiencia podemos afirmar
que los médicos han sido la primera profesión que ha abordado con valentía esta
realidad que se da en todos los colectivos, y que han puesto los medios para su
prevención y corrección, porque asumen su responsabilidad social y reconocen
que si bien la salud de los médicos es muy importante, más aún lo es la de los
ciudadanos a los que atienden.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“Memorias de un Dircom”: https://www.amazon.es/dp/B092XFBPKY
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