Los folletos y la visita médica

(AZprensa) Hoy día los folletos impresos en papel han caído en desuso porque todo es digital. Sin embargo todavía se siguen haciendo algunos folletos impresos en papel, como era antes, por lo que no está de más repasar las infinitas posibilidades que ofrece este medio para desarrollar la creatividad.
 
Cuando estaba trabajando en la industria farmacéutica, en donde el principal medio de comunicación con el cliente (el médico) era el Visitador Médico, la principal herramienta de trabajo era el folleto impreso. El médico recibía cada día la visita de delegados de laboratorio, los cuales sacaban de su cartera un folleto, le mostraban la portada mientras trataban de captar su atención y centrar el interés en lo que iban a contarle, y a continuación abrían el folleto y comenzaban la presentación del mismo, fijaban la atención en alguna gráfica, destacaban algún punto, hacían alguna pregunta al médico para que se sintiese parte de la presentación, y cerraban finalmente el folleto pidiendo al médico que recetase el producto en alguno de sus pacientes y comprobase los excelentes resultados.
 
Así era, a grandes rasgos la visita médica que muchos comparábamos con una corrida de toros: El visitador médico era el torero, el médico era el toro (con perdón), y el folleto era la muleta, ese instrumento que permitía fijar la atención del médico y dirigirle hacia donde el visitador quería. Después, al final, venía la hora de “entrar a matar”, que era el momento en que el visitador pedía la receta al médico; si la faena había resultado exitosa, el médico recetaría el producto, pero si no lo había sido, el médico seguiría recetando algún medicamento de la competencia.
 

Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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