(AZprensa)
Los trayectos cotidianos en Metro son como un mundo aparte en donde se juntan
desconocidos y ninguno interactúa con los demás. A veces levantas la vista y te
fijas en los demás, pero siempre hay una barrera de silencio que te hace
comprender que cada uno de los viajeros es un mundo completo por sí solo,
aislado completamente de los demás.
En
una de esas incursiones en el Metro, la musa que siempre nos acompaña a todos
los poetas, me hizo reparar en una joven que compartía conmigo aquél mismo
espacio y que, a pesar de la cotidianeidad la poca distancia que nos separaba
era en realidad un insondable espacio que ¡quién sabe si alguna vez la ausencia
de uno de los dos repercutiría en el otro!
METRO
Cada
día,
en las mañanas oscuras de este invierno,
arrastraré, escaleras abajo,
la condena de mi sueño
hasta el fondo del andén,
con la mirada perdida
entre decenas de seres dormidos
y movidos por la inercia.
El
ruido del tren que llega
rechinará en mi oído
y volveré la vista al túnel,
impaciente por subir,
porque sé que allí estarás
y tu luz reventará
las paredes de silencio
y como el agua
limpiarás mi alma,
serás mi energía
para seguir escribiendo, aquí
lo que me quede de vida.
Llevas
la carpeta amarilla entre tus manos
y los guantes blancos de lana
arropan tus cálidos dedos,
mientras la música se esconde en tus oídos
y encierra tus secretos.
Miradas
que se cruzan,
pensamientos tan dispares...
y sin embargo allí estamos los dos
encerrados en el metro.
Mundos diferentes, condenados a no entenderse,
a vivir tan separados, tan ajenos...
y sin embargo allí estamos los dos
compartiendo ese momento.
Tu
presencia diaria es la ilusión
de sentir gritar la vida
impulsando mis poemas.
Bajaré cada día, con mi esperanza radiante
hacia ese encierro en donde tú y yo
seguiremos siendo anónimos,
compartiendo mil momentos
de sueño y despertar,
sin hablar ni conocernos.
Serás
la luz de mis mañanas,
la inspiración de este poeta,
y cuando ya no esté aquí,
cuando yo muera,
el hueco de esa esquina del vagón
reclamará tu mirada y en silencio
tu sola presencia será
la más bella oración
en mi recuerdo.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“Una lágrima es un beso”: https://www.bubok.es/libros/266934/una-lagrima-es-un-beso
en las mañanas oscuras de este invierno,
arrastraré, escaleras abajo,
la condena de mi sueño
hasta el fondo del andén,
con la mirada perdida
entre decenas de seres dormidos
y movidos por la inercia.
rechinará en mi oído
y volveré la vista al túnel,
impaciente por subir,
porque sé que allí estarás
y tu luz reventará
las paredes de silencio
y como el agua
limpiarás mi alma,
serás mi energía
para seguir escribiendo, aquí
lo que me quede de vida.
y los guantes blancos de lana
arropan tus cálidos dedos,
mientras la música se esconde en tus oídos
y encierra tus secretos.
pensamientos tan dispares...
y sin embargo allí estamos los dos
encerrados en el metro.
Mundos diferentes, condenados a no entenderse,
a vivir tan separados, tan ajenos...
y sin embargo allí estamos los dos
compartiendo ese momento.
de sentir gritar la vida
impulsando mis poemas.
Bajaré cada día, con mi esperanza radiante
hacia ese encierro en donde tú y yo
seguiremos siendo anónimos,
compartiendo mil momentos
de sueño y despertar,
sin hablar ni conocernos.
la inspiración de este poeta,
y cuando ya no esté aquí,
cuando yo muera,
el hueco de esa esquina del vagón
reclamará tu mirada y en silencio
tu sola presencia será
la más bella oración
en mi recuerdo.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“Una lágrima es un beso”: https://www.bubok.es/libros/266934/una-lagrima-es-un-beso
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