(AZprensa)
Nunca he prestado la menor atención a la revista “Hola” porque no me interesan
sus contenidos, sin embargo en esta ocasión ofrecían a los lectores un
reportaje para conocer a la familia Simeone en su casa. Así que hice una
excepción y me puse y ver las fotografías. La sorpresa fue mayúscula al
comprobar que aquello no era ni una entrevista ni un reportaje periodístico; no
tenía nada de periodismo y sí mucho de superficialidad y publicidad encubierta.
Veamos…
La entrevista.- Quien respondía
a las preguntas era Carla, la mujer de Simeone, y la entrevista era muy larga…
pero banal y reiterativa. No profundizaba en aspectos que pudieran ser de
interés para el lector a fin de conocer cómo era su día a día, su vida
familiar, sus problemas, sus objetivos, etc.; todo se reducía a repetir una y
otra vez que se llevan muy bien, que son felices y comen perdices (bueno, en
este caso, asado argentino).
Las fotos.- Las fotos era
preciosas –todo hay que decirlo- pero ya escamaba que en una casa normal (por
mucho dinero que tengan los dueños) hubiese ese tipo de decoración navideña,
más propia de los escaparates de unos grandes almacenes. Llamaba la atención
que en cada foto lucían distintos modelitos, que todas era posados perfectos y
plenamente estudiados por el fotógrafo, que incluso te dabas cuenta que algunos
cuadros no estaban colgados en la pared sino que se habían puesto detrás para
que quedase bien la foto…
Y la sorpresa
final.-
Cuando uno lee y ve un reportaje espera encontrar el nombre del periodista que
ha entrevistado y el del fotógrafo autor de las fotografías. Nada más. Punto. Y
sin embargo, al final de este reportaje aparecía una retahíla de más de 20
personas y empresas que habían sido necesarias para la realización de este
reportaje, como si de los créditos finales de una gran producción cinematográfica se tratase. Allí aparecían los nombres de los maquilladores de
cada uno de los miembros de la familia Simeone, los nombres de sus peluqueros, los nombres de los estilistas, los nombres de los decoradores del marco escogido para cada una de las fotos,
los nombres de los ayudantes de cámara, de iluminación, etc.; los nombres de
las casas de moda que habían prestado a cada uno de ellos la ropa que llevaban
puesta, y de las empresas que les habían prestado la joyería y complementos que
llevaban puesto en cada una de las fotos. El Corte Inglés, Christian Dior,
Mango, Zara, etc. eran en realidad los protagonistas de este reportaje, y no la
familia Simeone que es lo que uno hubiera esperado ver: Cómo era su casa de
verdad, fotos naturales y espontáneas que reflejasen su día a día, y no aquella
serie de superpreparados posados. Aquellas fotos no mostraban la realidad de
su casa, sino el decorado que les había preparado para las fotos un montón de profesionales
del mundo de la moda.
Visto
lo visto, tengo que afirmar que la revista “Hola” no hace periodismo sino que
es un escaparate para que se luzcan los profesionales y las empresas del mundo
de la moda, pero –eso sí- haciéndonos creer que lo que nos ofrecen es periodismo.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
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