(AZprensa) Hasta hace bien poco se sabía que el vulcanismo activo estaba presente sólo en dos planetas, Venus y la Tierra, y en el satélite Ío (Júpiter), pero recientemente se ha confirmado que también está activo en Encélado.
Este satélite se encuentra a 238.040 Km. de Saturno, al que orbita de forma síncrona (ofreciendo siempre la misma cara) en 32,9 horas. Es prácticamente esférico, con un diámetro de 499 Km. y su superficie helada muestra grandes variaciones, con regiones prácticamente lisas, sin accidentes geográficos, otras con líneas de fractura por actividad tectónica, y otras con diversos cráteres de impacto. Pero lo más llamativo se encuentra en su Polo Sur. Allí se han descubierto lo que han bautizado como “rayas de tigre”, unos surcos de 130 Km. de longitud, 2 Km. de anchura y 500 metros de profundidad, por los que se expulsa de forma continua al espacio unos enormes chorros de vapor de agua, material sólido como cristales de cloruro sódico y de hielo, algunas sustancias volátiles y –para sorpresa de todos- también material orgánico, todo ello en una cantidad de hasta 200 Kg. por segundo. La sonda Cassini que ha explorado este satélite ha detectado más de 100 de estos géiseres y todo ello certifica una fuente de calor interna. El que la misma se haya visto sólo en el Polo Sur puede obedecer a que la fuerza centrífuga impulsa el material más denso hacia el ecuador y el material más ligero hacia los polos. Una parte de ese vapor de agua que sale despedido, cae de nuevo convertido en nieve y el resto escapa y va a formar parte del anillo E, el más alejado y difuso de Saturno, en medio del cual transita Encélado.
Esta fuente de calor interna da lugar a volcanes y fuentes hidrotermales como los que se dan en la Tierra en el fondo del mar, ya que Encélado posee bajo la superficie helada un océano de agua líquida a unos 30 Km. de profundidad, con unos 10 Km. de espesor, por encima del núcleo central. Pero quizás haya también otras fuentes de calor que se desconocen. Por ejemplo, al estar en resonancia orbital con su satélite vecino Dione (Encélado da dos vueltas a Saturno por cada vuelta que da Dione) esto ayuda a mantener la excentricidad de su órbita y proporciona una fuente adicional de calor por la actividad geológica que genera. El caso es que entre unas cosas y otras, los científicos no salen de su asombro, sobre todo al comprobar cómo la producción de calor en el Polo Sur es de casi 16 millones de vatios, diez veces más de lo que creían, sin que hayan podido encontrar la explicación.
A nivel de superficie, está cubierto de hielo y la temperatura media en la misma es de –198º C, con variaciones según el lugar y el momento que van desde los –240º C a los –128º C, aparte claro está de las zonas antes mencionadas del Polo Sur por donde emergen los géiseres permanentes.
Su atmósfera está compuesta por vapor de agua (91%), nitrógeno (4%), dióxido de carbono (3,2%) y metano (1,7%), y ha despertado el interés de los científicos como uno de los puntos de nuestro sistema solar en donde podría encontrarse algún tipo de vida, sobre todo en la zona de las fuentes hidrotermales.
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