(AZprensa) La fisionomía de Oslo ha cambiado radicalmente por culpa
de un español: Juan Herreros. Este arquitecto español ganó un reñido concurso
para edificar el nuevo Museo Munch (el pintor más famoso de Noruega) y tras
once años de gestiones y trabajos (y también polémicas por lo atrevido de su
diseño) este año será inaugurado oficialmente.
En la imagen podemos ver el original edificio que a
simple vista parece (así opinan los noruegos) muy alto para una ciudad sin
grandes rascacielos y muy gris para una ciudad con demasiados días grises al
año. Pero no todo es lo que se ve a simple vista, hay otros aspectos dignos de
reseñarse.
El nuevo edificio establece un juego de luces entre las
que surgen de su interior, las que se reflejan del agua del fiordo y las que
vienen del cielo. Su diseño singular adquirirá en poco tiempo la personalidad
suficiente como para convertirse en un icono, un nuevo signo distintivo de la
ciudad.
Y como no podía ser de otra manera, tratándose de los
noruegos, también minimiza el consumo energético ya que utiliza energía
geotérmica. De igual manera rompe moldes al situar las áreas de Administración
al mismo nivel que las salas de exposición, en vez de sumergirlas en sótanos
como en otros museos.
En números podemos decir que el nuevo Museo Munch tiene
26.000 metros cuadrados construidos y albergará 28.000 obras del pintor,
habiendo sido su coste de construcción de 300 millones de euros.
Una nueva imagen, en definitiva, para mostrar Oslo al
resto del mundo.
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