(AZprensa) España es uno de los países europeos que cuenta con más horas de luz solar al año. En concreto, las regiones meridionales reciben más de 2.500 horas de sol, mientras que las regiones septentrionales reciben unas 1.500. Pese a la gran diferencia existente en las horas de luz solar de cada zona, no hay prácticamente diferencias entre los niveles de vitamina D de sus habitantes.
La vitamina D es una hormona directamente relacionada con la luz del sol, que juega un papel fundamental en el metabolismo óseo y en la absorción del calcio. Los expertos recomiendan considerarla más una hormona que una vitamina ya que puede sintetizarse de manera endógena. La deficiencia de esta hormona se asocia con la osteoporosis y su consiguiente aumento del riesgo de fracturas. Pero los especialistas señalan que el diagnóstico y tratamiento de la deficiencia de vitamina D no solo es importante para la salud musculoesquelética, ya que, a nivel extraóseo, parece que puede interferir en la salud cardiovascular y en el sistema inmune, entre otros.
Cabe resaltar que la vitamina D obtenida a partir de la ingesta de alimentos que la contienen no es suficiente para alcanzar niveles óptimos. La principal fuente natural de esta vitamina para el organismo es la síntesis cutánea a través de la acción de los rayos UV que recibimos del sol. Sin embargo, esta síntesis puede verse perjudicada en la época estival, en contra de lo que se podría pensar.
La luz UV es responsable de efectos perjudiciales sobre la piel, incluyendo quemaduras solares, fotoenvejecimiento, hiperpigmentación y carcinogénesis. Es de alta importancia que, para evitar estos daños, todos los individuos, independientemente de su fototipo de piel, usen fotoprotección y apliquen las medidas preventivas recomendadas por un dermatólogoi. Sin embargo, los protectores solares, principalmente los de mayor factor de protección (SPF), parecen provocar una reducción significativa de la síntesis cutánea de vitamina D, llegando en ocasiones a producir estados de déficit de la misma.
“En relación a la vitamina D en los meses de verano, los especialistas no debemos confiar tanto en la luz solar que recibimos. Es necesario continuar con los controles analíticos habituales para conocer los niveles de esta hormona en cada paciente. De hecho, si ante un déficit de vitamina D el especialista ha recomendado suplementación, la dosis se debe mantener igual durante esta época del año, realizando los controles correspondientes”, explica el Dr. José Luis Neyro, especialista en Ginecología y Obstetricia.
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