(AZprensa) Cuando algún día (no sabemos cuándo pero sí
que sabemos que sucederá) un cataclismo borre nuestra civilización de la faz de
la Tierra, los pocos supervivientes que queden se enfrentarán a la dura tarea
de sobrevivir en un mundo arrasado, falto de recursos y de tecnología.
Volveremos a la época de las antiguas poblaciones agrícolas pero con un
problema añadido: ¿Qué sembrar si todo ha quedado destruido?
Como siempre, una vez más, Noruega nos ha dado una
lección de previsión y ha creado un auténtico “granero del Apocalipsis” o
“bóveda del fin del mundo”, aunque ellos lo llaman de una forma menos
dramática, sencillamente “Banco Mundial de Semillas” (“Svalbard Global Seed
Vault” en inglés y “Svalbard Globale Frøhvelv” en noruego).
Este enorme bunker está situado en Svalbard, un pequeño
archipiélago en el norte de Noruega en pleno Ártico, enterrado a 120 metros de profundidad
en el interior de una montaña helada. Está preparado para resistir terremotos (incluso
de magnitud 10), explosiones nucleares, erupciones volcánicas, subidas del
nivel del mar, etc. En su cámara acorazada se guarda el más preciado tesoro:
más de un millón de semillas de los más variados y esenciales cultivos, que
muchos países han ido depositando allí y que podrán reclamar cuando lo deseen. Las
semillas se conservan a -18ºC en paquetes precintados, encerrados a su vez en
cajas de aluminio, con un mínimo nivel de oxígeno para asegurar que los granos
mantienen una actividad metabólica baja ralentizando así su envejecimiento.
Si algún día un asteroide impacta contra la Tierra o
cualquier otro cataclismo causa efectos devastadores en todo el planeta, este
granero permitirá a los supervivientes… seguir sobreviviendo en el nuevo
escenario. Sin embargo, lo más inquietante es que algo (¿quizás la actual
pandemia?) ha hecho mover algunos resortes. Por ejemplo, en marzo de 2020
algunos ciudadanos noruegos oyeron en mitad de la noche (noche despejada, por
cierto) el ruido de aviones que se dirigían hacia Svalbard sin llevar las
reglamentarias luces de posición por lo que no se podía verlos, sólo oír sus
motores. Y también en esas fechas, y por primera vez en toda la historia de
Noruega se abrieron fuera de Oslo oficinas de un ministerio (todos los
ministerios están y han estado siempre en Oslo). Esas oficinas eran del Ministerio
de Comercio, Industria y Navegación, y se abrieron en Svalvard que, recordemos,
sólo tiene 2.800 habitantes… y un granero para el Apocalipsis.
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