lunes, 4 de enero de 2021

Un coche de empresa excepcional

(AZprensa) Normalmente cuando la empresa concede un “coche de empresa” a sus empleados, se espera que estos lo utilicen para todas sus gestiones profesionales y por añadidura también a su vida privada como un elemento más de motivación. Sin embargo, en algunas empresas donde la forma de motivar y retribuir a sus empleados pretende ser líder en su sector, la concesión del “coche de empresa” se queda casi exclusivamente como eso, algo que se da al empleado como complemento del sueldo y que no tiene por qué usarlo para las gestiones laborales sino sólo para su uso y disfrute personal. En casos excepcionales pero reales como este, cuando el empleado tiene que realizar gestiones de trabajo utiliza el taxi si el desplazamiento es en su propia ciudad o el avión o tren si el desplazamiento es a otra ciudad. El coste de los taxis, aviones o trenes, irá siempre con cargo a la empresa.
 
Pero este ejemplo puede traer también algunas complicaciones, como sucedió una vez cuando a un ejecutivo no le dieron coche de empresa mientras que a todos los demás de su mismo nivel sí se lo dieron. ¿Cuál fue la razón de esta discriminación? Muy sencilla: dicho ejecutivo no tenía carnet de conducir.
 
Cada día tenía que acudir a la oficina en metro o en taxi pagado de su bolsillo, mientras que sus compañeros acudían en el coche de empresa. Cuando llegaba el fin de semana y tenía que desplazarse, tenía que pagarse de su bolsillo el transporte, mientras que los compañeros disfrutaban del vehículo gratuito que les había dado la empresa. Ante esta situación lógica, pero discriminatoria, ese ejecutivo pidió a la empresa una compensación económica con la que sufragar el coste de los taxis o cualquier otro medio de transporte que tuviera que utilizar para estar en igualdad con sus compañeros. Las negociaciones llevaron mucho tiempo por lo atípico del caso, pero hay que reconocer que al final se le concedió lo que pedía y se le asignó una cantidad fija de dinero al mes para equipararlo en beneficios a lo que recibían sus compañeros.
 
Si excepcional es que una empresa que da “coche de empresa” a los empleados, les pague a estos los taxis y los billetes de tren o avión sin exigirles que utilicen el “coche de empresa”, igualmente excepcional fue el tratamiento dado a este ejecutivo que tenía derecho a coche de empresa pero no tenía carnet de conducir y por lo tanto no podía beneficiarse del coche como sus compañeros.
 

Fuente: “El legado farmacéutico de Alfred Nobel”, de Vicente Fisac. Disponible en Amazon, en ediciones digital e impresa

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