(AZprensa)
Para empezar diremos que en Daimiel (Ciudad Real) no hay ni varones ni hembras,
ni maridos ni esposas... allí se les llama simplemente: hombre y mujer o mujuer
(“te presento a mi mujer”, “el hombre de la casa”...). Lógicamente si estos son
jóvenes, entonces se habla de mozos y mozas. Cuando la mujer es muy guapa se
dice que es muy hermosa, si resulta especialmente atractiva se dice que está
jamona y cuando esta vende sus favores se habla de pelandusca o perica.
Para
el inicio del juego sexual lo primero es duchase (ducharse) para estar bien
limpicos (limpios o aseados). A continuación viene la fase de acicalarse
(arreglarse) que en el caso del hombre lleva inexcusablemente la necesidad de
afaitarse (afeitarse) y en la mujer la de atusarse (peinarse, arreglarse el
pelo). Eso sí, cuando alguien se arregla de forma exagerada, se habla entonces
de emperifollarse.
Después,
para atraer a la moza, se le suele enferiar (regalar) alguna cosa y a
continuación comienza el cortejo que muchos intentan acelerar e ir directamente
a tentar (tocar) las manolas (tetas) e incluso a meter la mano por debajo del
aldón (parte inferior de la camisa). Al órgano sexual masculino se le llama
cebolleta y si no se quiere que la mujer alumbre (parir, dar a luz) nueve meses
después, habrá que usar un conservativo (preservativo). Esto significará que ya
se ha llegado a la alcoba (dormitorio) para acostase (acostarse), en un
confortable colchón con su almuada (almohada) y su cobertor (colcha).y que
ambos, el hombre y la mujer se han encuerado o puesto en cueros (se han
desnudado) y están en pelotas (desnudos).
Cuando
alguien hace esto muy a menudo y con distintas mujeres, se dice de él que es un
tronchamozas, ya que a la que pilla se la lleva al huerto, como vulgarmente se
dice. Pero lo normal es que la mayor parte de estos encuentros acaben con una
boa, que no es una serpiente de grandes dimensiones sino una boda; si bien
otros preferirán simplemente ajuntarse (unirse sin estar casados). De lo que no
se libran hoy en día ni unos ni otros es de acabar esparcíos o desparcíos
(divorciados o separados) al cabo de un tiempo.
Pero
¡ojo! si vas a Daimiel ten mucho cudiao (cuidado) con las palabras que dices y
oyes, porque el idioma daimieleño también da lugar a muchos equívocos. Veamos
algunos de esos equívocos relacionados con el sexo:
Si
alguien dice que va a cascar con fulanica, lo que quiere decir es que va a
hablar con una persona de la cual no te especifica su nombre de pila. Si te
habla de apechugar, no se refiere a la pechuga en sentido figurado de la mujer,
sino al hecho de asumir responsabilidades, y si habla de un bombo no se refiere
a una tripa de embarazada sino a una construcción de piedra, sin mampostería,
que se destina generalmente para refugio de pastores. Y es que muchas palabras
en daimieleño tienen significados muy peculiares. Follar significa hervir y
follao significa que las medias o los calcetines los llevas caídos. Cuando se
habla del culo, es posible que se refieran a la parte inferior de un
recipiente, si hablan de chochos es que están hablando de semillas, pero si
hablan de tomates no se estarán refiriendo a las tetas sino que pueden estar
hablando tanto del típico producto de huerta como de los agujeros que se hacen
por el uso continuado en los calcetines, y si alguien dice mama es que está
preguntando por su mamá. Y con los verbos pasa lo mismo: aliviar es darse prisa
y trajinar es faenar. ¿Veis cómo es necesario tener a mano un buen diccionario
para entender este idioma? Como prueba, a ver si sois capaces de traducir el
siguiente texto:
Texto
en daimieleño: El tronchamozas fue anca Fulanica, la jamona, y la vio follando
güevos en la cocina. Se puso a cascar con ella y le enferió una ugüas mientras
quella le dejó que sentretuviera con la tortasol y sus chochos. Cantico llegó
la mama le dijo ca su hija l’habían hecho un bombo y si quería apechugar de trajinar
con toa la farfolla q’había allí. Pa celebralo el padre le dio un chato y él,
que quería aliviar, lo bebió hasta el culo.
Traducción
al español: El mujeriego se fue a casa de una joven, muy guapa por cierto, y la
vio cociendo unos huevos en la cocina. Se puso a hablar con ella y le regaló
unas uvas mientras que ella le dejó que se entretuviera con un girasol y sus
pipas. En cuanto llegó su madre le dijo que a su hija le habían construido un
cobertizo y que si quería tomar la responsabilidad de faenar con todas las
hojas secas de maíz que había allí. Para celebrarlo el padre le dio un vaso de
vino y él, que quería darse prisa, lo bebió hasta el final.
“Diccionario Daimieleño – Español”:
“Diccionario Daimieleño – Español”:
No hay comentarios:
Publicar un comentario