martes, 13 de junio de 2023

El absurdo Decálogo de los dentistas (5)

(AZprensa) Hoy comentaremos el quinto punto del “Decálogo de los pacientes que van al dentista” y que ha sido elaborado por la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA).
 
Punto 5 del Decálogo.- Libertad de contratación y asesoramiento clínico
El paciente puede aceptar o rechazar un tratamiento recomendado. Antes de empezar cualquier tratamiento, el dentista debe explicarle claramente lo que implica, incluyendo los riesgos y beneficios, y obtener tu consentimiento.
El asesoramiento clínico implica el derecho a recibir asesoramiento de expertos sobre las diferentes opciones de tratamiento disponibles para cada caso. Esto significa que debe proporcionarse información completa y comprensible sobre todas las opciones de tratamiento, incluyendo las ventajas y desventajas de cada una, los posibles efectos secundarios y el coste.
El paciente debe tener un dentista asignado como interlocutor en clínicas con varios dentistas; además, no debe resignarse a ser atendido por una persona de recepción o por un comercial en cuestiones que tengan que ver con el tratamiento”.
 
Comentario:
 
¡Sólo faltaba eso! ¡Que no pudieras decir “No” a lo que te diga el dentista! ¡Por supuesto que aún tenemos la libertad de decir al dentista que no queremos hacernos ese tratamiento! ¿En qué dictadura se creen que estamos viviendo?
 
Después dicen que el dentista debe explicar las diferentes opciones de tratamiento antes de que se ponga a trabajar en ello. Por supuesto, sólo faltaba que te empezase a arreglar la dentadura y a medias te dijese el precio y a ti no te interesase. ¡Claro que hay que explicar y además antes de hacer nada!
 
Añaden que la explicación debe ser completa y comprensible (es decir: que te enteres de lo que te están diciendo y que el dentista se asegure de que lo has entendido; que muchas veces van tan deprisa que te crees que te  has enterado y luego resulta que no).
 
Pero es que además añaden que esa explicación debe incluir ventajas, desventajas y costes de cada una de las opciones; y en esto sí que estoy de acuerdo que debe figurar en un Decálogo, porque en muchas ocasiones más que preocuparse de la salud de tu boca se preocupan de sus ingresos y ponen todo el énfasis en la alternativa más cara (que es la que le deja más beneficios) y quizás no es necesario. Por ejemplo, ahora todo lo arreglan con implantes, cuando no siempre son necesarios; y tampoco explican al paciente que los implantes no son para toda la vida por lo que si eres joven, quizás tengan que volver a cambiártelo o a hacer otra cosa al cabo de los años.
 
La última parte de este punto es la más graciosa. Dice que las explicaciones médicas no te las puede dar la recepcionista, ni un administrativo, ni el ordenanza. Incluir esto en este Decálogo hace pensar que en muchos casos es un administrativo el que te da las explicaciones médicas y no el verdadero odontólogo. ¿Qué clase de médico deja que las explicaciones médicas las de una persona que ni ha estudiado la carrera de Medicina ni va a ejercer la misma contigo?
 
Como ves, vamos de sorpresa en sorpresa al revisar este singular Decálogo.
 

Así eran la Medicina y la Farmacia hace un siglo…
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