(AZprensa)
Hoy comentaremos el quinto punto del “Decálogo de los pacientes que van al
dentista” y que ha sido elaborado por la Sociedad Española de Periodoncia y
Osteointegración (SEPA).
Punto 5 del
Decálogo.- Libertad de contratación y asesoramiento clínico
“El paciente puede aceptar o rechazar un tratamiento recomendado. Antes de empezar cualquier tratamiento, el dentista debe explicarle claramente lo que implica, incluyendo los riesgos y beneficios, y obtener tu consentimiento.
El
asesoramiento clínico implica el derecho a recibir asesoramiento de expertos
sobre las diferentes opciones de tratamiento disponibles para cada caso. Esto
significa que debe proporcionarse información completa y comprensible sobre
todas las opciones de tratamiento, incluyendo las ventajas y desventajas de
cada una, los posibles efectos secundarios y el coste.
El paciente debe tener un dentista asignado como interlocutor en clínicas con varios dentistas; además, no debe resignarse a ser atendido por una persona de recepción o por un comercial en cuestiones que tengan que ver con el tratamiento”.
Comentario:
¡Sólo
faltaba eso! ¡Que no pudieras decir “No” a lo que te diga el dentista! ¡Por
supuesto que aún tenemos la libertad de decir al dentista que no queremos
hacernos ese tratamiento! ¿En qué dictadura se creen que estamos viviendo?
Después
dicen que el dentista debe explicar las diferentes opciones de tratamiento
antes de que se ponga a trabajar en ello. Por supuesto, sólo faltaba que te
empezase a arreglar la dentadura y a medias te dijese el precio y a ti no te
interesase. ¡Claro que hay que explicar y además antes de hacer nada!
Añaden
que la explicación debe ser completa y comprensible (es decir: que te enteres
de lo que te están diciendo y que el dentista se asegure de que lo has
entendido; que muchas veces van tan deprisa que te crees que te has enterado y luego resulta que no).
Pero
es que además añaden que esa explicación debe incluir ventajas, desventajas y
costes de cada una de las opciones; y en esto sí que estoy de acuerdo que debe figurar
en un Decálogo, porque en muchas ocasiones más que preocuparse de la salud de
tu boca se preocupan de sus ingresos y ponen todo el énfasis en la alternativa
más cara (que es la que le deja más beneficios) y quizás no es necesario. Por
ejemplo, ahora todo lo arreglan con implantes, cuando no siempre son
necesarios; y tampoco explican al paciente que los implantes no son para toda
la vida por lo que si eres joven, quizás tengan que volver a cambiártelo o a
hacer otra cosa al cabo de los años.
La
última parte de este punto es la más graciosa. Dice que las explicaciones
médicas no te las puede dar la recepcionista, ni un administrativo, ni el
ordenanza. Incluir esto en este Decálogo hace pensar que en muchos casos es un
administrativo el que te da las explicaciones médicas y no el verdadero
odontólogo. ¿Qué clase de médico deja que las explicaciones médicas las de una
persona que ni ha estudiado la carrera de Medicina ni va a ejercer la misma
contigo?
Como
ves, vamos de sorpresa en sorpresa al revisar este singular Decálogo.
Así eran la Medicina y la Farmacia hace un siglo…
“Médico, periodista y poeta”: https://amzn.to/3bRZpfZ
“El paciente puede aceptar o rechazar un tratamiento recomendado. Antes de empezar cualquier tratamiento, el dentista debe explicarle claramente lo que implica, incluyendo los riesgos y beneficios, y obtener tu consentimiento.
El paciente debe tener un dentista asignado como interlocutor en clínicas con varios dentistas; además, no debe resignarse a ser atendido por una persona de recepción o por un comercial en cuestiones que tengan que ver con el tratamiento”.
Así eran la Medicina y la Farmacia hace un siglo…
“Médico, periodista y poeta”: https://amzn.to/3bRZpfZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario