Veamos qué dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Según recoge, moda es un “uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo”, y también lo define como “gusto colectivo y cambiante en lo relativo a prendas de vestir y complementos”.
Si te has fijado bien, cada una de las dos definiciones tiene una palabra clave: “durante algún tiempo” dice la primera definición, y “cambiante”, dice la segunda. Es decir, la moda es algo perecedero y cambiante. Hace décadas todos los hombres llevaban bigote y sombrero, ahora eso ya pasó y nadie lo lleva. Hace años nadie se compraba vaqueros rotos y ahora mucha gente lo hace. Hace años muy poca gente llevaba barba, y ahora es raro encontrar a alguien sin ella. Todo esto son modas y como tales, son pasajeras.
¿Qué sucede entonces? El que usaba sombrero dejó de usarlo, el que llevaba bigote se lo afeitó. Dentro de unos años o meses, los vaqueros rotos dejarán de estar de moda y ya nadie los usará, y la barba dejará de estar de moda y casi todos los que la llevaban se afeitarán.
Estar a la moda es adoptar una vestimenta, adorno, gusto o costumbre durante un tiempo determinado, pasado el cual dejará de usarse y se adoptarán otras modas distintas. Pero ¿qué pasa con los tatuajes? Un tatuaje es para siempre. El tatuaje es una marca indeleble en la piel que ya nunca te podrás quitar. Cierto es que algunos tatuadores se anuncian diciendo que ellos te pueden quitar los tatuajes, pero eso –en la mayoría de las ocasiones- es mentira. Te cobrarán un buen dinero por intentar quitarlo, sufrirás dolor en el proceso, y –salvo raras excepciones- no será posible borrarlo por lo que la única opción posible será la de pintar otra cosa encima o incluso tacharlo por completo. ¿Te has fijado en algunos futbolistas que tienen un brazo o una pierna completamente pintada de negro? No lo han hecho por gusto sino porque no les gustaba lo que había allí y no encontraron más solución que pintar todo el brazo o la pierna de negro (y no será porque no tenían dinero para pagar a un tatuador para que lo borrara). Messi (una pierna), Morata (un trozo de brazo), etc. son sólo algunos ejemplos de que un tatuaje que ya no te gusta sólo puede emborronarse para dejarlo todo negro.
Uno se siente muy orgulloso de su pareja y se tatúa el nombre, pero el amor es cambiante y luego esa pareja te deja plantado. Cada vez que te veas el tatuaje te acordarás de ese episodio tan desagradable de tu vida y no podrás borrarlo, así que la única opción será emborronarlo. Ya le pasó a Melanie Griffith quien se grabó el nombre de “Antonio” y hoy ese espacio de su piel es un tachón.
Ahora te ves muy bien con tus tatuajes y presumes de ellos, pero ¿te has parado a pensar alguna vez si sentirás lo mismo dentro de 20 o 40 años? Y no sólo eso, porque ahora eres joven y tu piel está sana y tersa, dando esplendor a esos dibujos, pero ¿sabes cómo se te va a quedar la piel cuando seas viejo? Te lo diré: arrugada, descolgada, sin brillo… y con aquello que te dibujaron ahora encogido y arrugado. Sólo tienen que fijarte en cómo tiene la piel cualquier viejecito que veas por la calle. ¿Te imaginas cómo le quedarían ahora unos tatuajes si se los hubiera hecho de joven?
El tatuaje no entiende de edad, ni de tiempo, el tatuaje es para siempre, es decir, lo opuesto a una moda que siempre es algo siempre cambiante. Todas esas personas que ves con barba por la calle, se la podrán afeitar cuando les dé la gana, y sin ningún sufrimiento ni gasto de dinero, y con excelentes resultados; pero el tatuaje no te lo podrás quitar nunca y si lo intentas lo normal es que –después de pagar y sufrir- tengan que hacerte un apaño dibujando otra cosa encima para ocultarlo.
Que no te engañen… o por lo menos que no te sigan engañando: El tatuaje no es una moda sino una condena para el resto de tu vida.
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