Tal como destacaba en este díptico para presentar el
antialérgico Mircol a los médicos, al llegar la primavera muchas personas sólo
tienen dos alternativas: seguir padeciendo su alergia o controlarla a costa de
padecer la somnolencia provocada por el antihistamínico.
En la imagen se veía una ilustración de un paciente aislado
del mundo primaveral por una campana de cristal, ya que así es como se sienten
muchos pacientes al llegar la primavera; el simple hecho de pensar en salir al
exterior les llena de terror y si necesitan hacerlo debe ser a costa de padecer
la somnolencia típica que proporcionan muchos de los antihistamínicos que se
recetan para combatir la alergia. Obsérvese cómo el paciente está encerrado
dentro de una campana de cristal y aislado de la floreciente primavera del exterior,
mientras sujeta una almohada entre sus manos porque sabe que si toma otro
antialérgico para salir al exterior... ¡tendrá que llevarse también la
almohada!
Pero es que además, para que un antihistamínico tenga acción
completa no sólo debe poseer actividad antihistamínica sino también
antiserotonínica, tal como sucede en el caso de Mircol. Los doctores Gervais,
Blamoutier, Muller y Houbart compararon la actividad antihistamínica y
antiserotonínica de este antialérgico –a los siete días de tratamiento- con
tres productos de referencia y en todos los casos la superioridad de Mircol (mequitazina)
fue manifiesta...
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