sábado, 25 de mayo de 2013

Los hay que no quieren tener voz


No hace mucho estaba buscando fuentes de información sobre un tema concreto y acudí a la web de dos laboratorios farmacéuticos (Novo Nordisk y Boehringer-Ingelheim). En dichas web aparecía –afortunadamente- la tan deseada sección “Sala de Prensa”. Hice ¡clik! y cuál no sería mi sorpresa cuando vi que me pedían que me registrase para poder tener acceso a sus contenidos. Pero, ¡vamos a ver! si resulta que los contenidos que van a ver los periodistas son para hacerlos públicos ¿a cuento de qué viene restringir el acceso a los mismos? ¡No pasa nada porque los vean otras personas! Si a fin de cuentas, en el mejor y más deseable de los casos lo van a leer en cualquier otro medio de comunicación, ¿no será mejor que puedan leerlo también en la fuente original?

Si dicha área da acceso a los profesionales a otros tipo de servicios “sólo para periodistas” como puede ser un banco de imágenes, etc, puede ponerse el filtro sólo para eso pero nunca llegar a estos extremos en que se dice textualmente “Solo podrá consultar las Notas de prensa si se encuentra registrado en el Área de prensa”.

Esto significa que esos laboratorios no quieren que un ciudadano cualquiera lea su nota de prensa, pero sí admiten que la lea un periodista para que éste la retoque y cambie como le de la gana y sea esa última versión sesgada del periodista la que finalmente lea el ciudadano. (Como diría Mota: “Si es que son mu tontos”).

Evidentemente, no me registré (ni quería perder tiempo ni quería tener que recordar otros nuevos password para el futuro) y borré de la lista de fuentes de información a esas compañías. Por desgracia ellas no son la excepción, sino la norma...

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