(Diario El Inefable) Esta fue una de las campañas de mayor éxito del antialérgico Mircol. La argumentación que se seguía en la misma era la siguiente:
No sólo la primavera es una estación propicia para las alergias al polen; también lo es el verano. Por eso, en este díptico que diseñé para presentar a los médicos el antialérgico Mircol destacaba en portada que en los meses de verano muchas personas solo tienen dos alternativas: padecer alergia o controlarla a expensas de padecer la somnolencia típica que proporcionan muchos antihistamínicos. Para ilustrarlo, ofrecía la ilustración de un campo de verano, en estilo impresionista, y en medio de ella un paciente adormecido y encerrado en una urna de cristal para aislarse del mundo exterior.
No sólo la primavera es una estación propicia para las alergias al polen; también lo es el verano. Por eso, en este díptico que diseñé para presentar a los médicos el antialérgico Mircol destacaba en portada que en los meses de verano muchas personas solo tienen dos alternativas: padecer alergia o controlarla a expensas de padecer la somnolencia típica que proporcionan muchos antihistamínicos. Para ilustrarlo, ofrecía la ilustración de un campo de verano, en estilo impresionista, y en medio de ella un paciente adormecido y encerrado en una urna de cristal para aislarse del mundo exterior.
En el interior se detallaba la eficacia de este fármaco,
comparándolo con otros antihistamínicos de referencia y se destacaba la ausencia
de producción de somnolencia característica de Mircol.
Para explicar el por qué de este hecho, se exponía que
Mircol (mequitazina) posee una acción antihistamínica y antiserotonínica
prolongada, ya que el su molécula, mequitazina, se une al núcleo fenitiazínico
una cadena lateral (heterociclo saturado), quinuclidina, que la hace muy
resistente a las enzimas metabolizantes. Por esta originalidad de la molécula,
Mircol no produce la somnolencia habitual de las sustancias antialérgicas...
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