Durante largo tiempo la actividad antipruriginosa de los
antihistamínicos habituales ha estado atribuida a sus efectos sedantes, de ahí
que alguien pudiese dudar de la eficacia de Mircol en las urticarias, toda vez
que se insistía en su ausencia de producción de somnolencia, esto es, ausencia
de efecto sedante.
Sin embargo, con Mircol (mequitazina) se ha constatado que
existe esta actividad antipruriginosa sin modificación de la vigilancia. De
esto se deriva la demostración de una actividad más selectiva de la mequitazina
sobre los pruritos relacionados con la liberación de mediadores de origen
inmunitario o extra-inmunitario. Y por si todo esto fuera poco, la mequitazina
actúa igualmente sobre otros mediadores de la alergia, tales como la
acetilcolina.
Por todo ello, si la urticaria es una reacción alérgica y
Mircol actúa de forma específica sobre los receptores H1 tanto de las mucosas
respiratorias como de la piel, está claro que en el “campo” de las alergias de
la piel (tal como simbolizaba la portada de este díptico para su presentación a
los médicos) este debe ser un tratamiento de primera elección.
La imagen de una valla publicitaria de Mircol sobre un
terreno que no es otro que la piel –en este caso de una modelo- llama la
atención sobre la utilidad de utilizar Mircol no sólo en las alergias
respiratorias sino también en las dermatosis pruriginosas alérgicas, tales como
dermatitis agudas, urticarias, eczemas, prurito esencial, etc...
1 comentario:
En las urticarias tendría una ventaja sobre el atarax(hidroxizina) ya que este último produce mucha somnolencia.
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